Psic. Mayra Moreno – Vértice Alto Rendimiento
Se escucha decir que la “salud mental” está de moda y que por eso están tomando ese camino algunos deportistas, buscando una “salida fácil” cuando las cosas se ponen difíciles. Se preguntan muchos: “Pero Michael Jordan jugó deshidratado y con diarrea, Maradona infiltrado, y muchos más, ¿cómo no va a poder competir una campeona del mundo si es la mejor y los juegos solo son cada 4 años? ¡Que se aguante!”
No nos confundamos. La salud mental y la salud física tienen manifestaciones muy diferentes. De hecho, al ver las finales por grupo de la gimnasia artística femenil, los comentadores decían “Espero que lo de Biles sea mental y no físico; sí mucho mejor que sea mental.” Ah caray, ¿Cómo? ¿Por qué? Sigue siendo tabú y mal visto el tener dificultades en tu salud mental. Creen que con una charla se le quitan los problemas mentales a diferencia de un esguince, creyendo que es peor. Bueno, aquí no quiero entrar en discusión de que si uno es mejor o peor, lo que quiero recalcar es que estas manifestaciones son distintas. Si tienes dolor físico, hay medicina que te puede quitar la sensación de dolor o malestar permitiéndote así poder competir. En cambio, si tu cuestión es que tienes emociones y pensamientos negativos muy profundos, cuando te tienes que parar frente a millones de personas y hacer alto con alto nivel de dificultad y hasta peligroso, no hay una pastillita mágica que te desaparezca tus emociones ni tus pensamientos. Por más campeón que seas, las emociones pueden consumirte, tomar control de tus pensamientos y exponerte a una lesión. Claro que puede entrenar esta parte, entre más temprano en tu carrera mejor. Pero como a todos, definitivamente pueden haber situaciones que hagan que todo parezca demasiado y necesites un respiro. Y está bien.
Y bueno, si estás leyendo hasta aquí y sigues pensando… ¿Pero por qué antes si podían y jugaban con manifestaciones de ansiedad? Sí. Antes no se hablaba abiertamente de la salud mental ni de la necesidad de cuidar el bienestar de los atletas. Pero precisamente por eso es que tenemos índices tan altos de suicidios, de jugadores en banca rota después del retiro, sin carreras profesionales, problemas de abuso de sustancia, de malas situaciones familiares, de depresión, entre otros muchos factores más. Sí, jugaban una final o una clasificatoria con ansiedad pero, ¿y luego? Nosotros dejamos de verlos, para nosotros terminan siendo un deportista más. Se nos olvida a veces quienes son. Generaciones nuevas ya ni conocen a Michael Phelps. ¿Y ellos? Ellos toda su vida la viven con pensamientos negativos sobre su desempeño, de cómo su propio país o federación solo lo utilizó para una medalla y después lo desechó. A veces ni las gracias. Esto es lo que sucede si no se atiende su salud mental en el momento. Puede tener repercusiones para toda la vida. Son ellos los que están levantando su voz y pidiendo que se cuide de ellos integralmente. “Somos personas también”, dicen. Escuchémoslos. Por eso aplaudimos que más y más atletas estén poniendo su bienestar por encima de un resultado. Juegan por su satisfacción propia, no tenemos nada que reprocharles. ¿Ustedes qué opinan?
Si les interesa más de este tema, les invito a que vean los documentales “Athlete A” en Netflix y El peso del oro que encuentran en HBO o Hulu. Escuchen también nuestro podcast Efecto Mental en YouTube.
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