“Juicio del aficionado”

Por Julio A. Couoh

Hace muchos años existió un atleta llamado Bernie Casey que era considerado uno de los mejores en la NCAA y la NFL. Mucho antes de que los 49rs ascendieran a la elite del fut americano Casey lucia como uno de sus grandes prospectos. Casey renunció al “sueño” en el que todos lo colocaban por un simple motivo: el amaba el arte.

Nunca le gustó ser deportista. “Acepte esta beca y este compromiso por el hecho de que era el único camino que me llevó a lo que mas deseaba: llegar a la universidad y graduarme con un título de artes”.


La gran terapia de Casey no era estar en el gimnasio ni en el campo de entrenamiento. La paz y salud mental la encontraba dibujando y pintando lienzos a la orilla del rio o cerca del mar.


“A veces sobrevaloran a la persona por lo que creen que es capaz, pero la gente no sabe qué tan mentalmente fuerte lo está no para lidiarlo o superarlo, sino en que tan convencido esta de que lo hace es su vocación directa”, mencionaba.
“Si por mi hubiera sido desde el inicio, hubiera mandado al deporte y a la NFL al carajo”.


Casey colgó el casco y las hombreras y se aventuró en los terrenos de la música, la literatura, el drama y el cine. No fue un actor tan trascendental, pero se notaba el amor por lo que hacía, a diferencia de cuando era forzado a entrenar.

Monto una galería de arte, expuso cuadros y obras por todo Estados Unidos, actuó en series de televisión como Star Trek y en películas como Revenge of the Nerds. Su vida fue un ejemplo de inconformidad, rebeldía y búsqueda de sentido productivo no solo para los afroamericanos sino para muchos otros aspirantes a actores o a profesionales.


Casey también compartió con otros excolegas de campo como el excorredor de los Cafés de Cleveland, Jim Brown e inspiró a otros a seguir no un sueño, sino un nuevo camino. Fred Dryer habia perdido el Super Bowl con los Rams en 1980 y tras su retiro se convirtió en el detective Rick Hunter.

Ted Danson dejó el béisbol y se refugió en el bar de “Cheers”, por así decirlo. El efecto Casey sigue repercutiendo hasta hoy en día, pues hasta Aaron Rodgers ha figurado mas en los programas de Jeopardy que en las instalaciones de los Packers de Green Bay.


Cuando los otros sobrevaloran las supuestas capacidades sobre la persona vienen las críticas, las decepciones o las exigencias. A Dan Marino le ofrecieron la responsabilidad de ser la cabeza de operaciones de los Dolphins luego de retirarse y a los pocos dias renuncio a ese puesto.

Prefirió irse a la Televisión 📺, por el contrario, John Elway si quiso arriesgarse.
A Pele le rogaron muchas veces que volviera del retiro, o bien que le insinuaban que por qué no se dedicaba a entrenar. O’ Rei prefirió emprender con su mejor producto: su imagen y su legado.


Al mágico Gonzalez, admirado por Maradona, cada vez que lo subían a un pedestal, lo convertía en tirolesa para bajarse de el lo mas rapido posible.
Johnny Unitas ganó el unico Super Bowl de su carrera gracias a Earl Morral. Morral y Unitas habian perdido contra Joe Namath y Namath lidió con los fantasmas mentales yendose de Parranda el fin de semana del Juego como garantia de triunfo. Max MaGee lidió con sus fantasmas tras una noche de juerga en Hollywood boulevard la noche previa al Super Bowl Iy al día siguiente atrapó la primera anotación en la historia del domingo más esperado por la gente en EEUU 🇺🇸. Barret Robbins no tuvo la misma suerte con los Raiders en 2003.

Se dice que hasta algunos pitchers como David Wells o el mexicano Jose Silva, se tomaban una copa de tequila para agarrar coraje antes de subir al montículo.

Patrick Maholmes no tuvo una de sus mejores actuaciones en el ultimo Súper bowl y Brady demostró que no todo es perfección cuando todo el elenco de Acapulco Shore parecia quedarle corto en la fiesta de celebración por la obtención del titulo de Tampa Bay.

Zidane no pudo controlar sus impulsos y dio el unico cabezazo con el que no pudo ser bicampeón.


El habito no hace al monje .La “capacidad” no te hace omnipotente.

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