El Betis ganó por 3-2 al Ludogorets en la Jornada 2, en el Grupo C de la Europa League, y conserva el liderato, aunque con sufrimiento frente a un conjunto búlgaro muy sólido y peligroso en ataque, lo que sirve a los béticos para dar un gran paso en su objetivo de clasificarse para la siguiente Ronda.
La primera parte acabó con un 2-1, gracias a los tantos del brasileño Luiz Henrique y de Joaquín Sánchez, con un golazo a seis minutos del descanso, aunque el búlgaro Kiril Despodov acortó distancias en la prolongación y esto dio paso a una segunda mitad en la que Sergio Canales amplió la renta bética, al filo de la hora de juego, pero el brasileño Rick llevó la emoción hasta el final con el 3-2 con casi 20 minutos aún por delante.
El Betis y el Ludogorets llegaban a la cita crecidos, comandando su Batallón con tres puntos, tras ganar 0-2 al HJK Helsinki y 2-1 al Roma, en lo que fue la gran sorpresa de la primera jornada, con lo que Pellegrini ya dejó claro que no querían ninguna confianza. Euforia, cero, fue su mensaje en la víspera.
Fiel a su política de rotaciones para implicar a todo su plantel, y ante las lesiones del lateral senegalés Sabaly, el central Víctor Ruiz, y los atacantes Juanmi Jiménez y el galo Nabil Fekir, el técnico chileno presentó un once con ocho cambios respecto al que el domingo venció por 1-0 al Villarreal. Su tercer triunfo seguido en casa.
Con el marfileño Paul y el mexicano Andrés Guardado en el medio, el tridente ofensivo lo formaron el joven Luiz Henrique, Joaquín y el ‘cerebro’ Canales, con el brasileño Willian José, bigoleador en Helsinki, en punta.
El equipo verdiblanco comenzó con energía, pero sin hallar la vía adecuada para hacer daño a un sobrio y sólido Ludogorets, con un mediocampo muy poblado y solidario en las ayudas para tapar huecos, y también al acecho para intentar aprovechar la más mínima oportunidad para inquietar al meta chileno Claudio Bravo.
Los de Pellegrini, sin tanta chispa arriba como en otras citas, volcaron su ataque por la derecha ante la verticalidad de un Luis Henrique muy activo y que reclamó un penalti a los 10 minutos, luego de caer en el área, pero el árbitro no pitó nada, en tanto que los visitantes, físicamente poderosos, fueron creciéndose poco a poco.
Avisaron al cuarto de hora con un tiro al lateral de la red del brasileño Thiago, en una acción luego anulada por fuera de juego, y en el ecuador de esta mitad con otro desde la frontal del área del ghanés Tekpetey que despejó, perfecto, Bravo, aunque el Betis nunca se despistó hasta que, por empaque y fe, halló su premio.
Fue a los 25 minutos, cuando Luis Henrique, quien generó mucho peligro por la derecha, remató a puerta y el neerlandés Sergio Padt neutralizó su intento, pero su rechace llegó a Canales y probó suerte desde lejos, despejando de nuevo el arquero, para que Miranda centrara y el brasileño remachara con la cabeza a gol.
El 1-0 animó al Betis y, aunque el brasileño nacionalizado alemán Cauly Oliveira dio el susto con un disparo con veneno que Bravo atajó en dos tiempos, emergió la calidad de Joaquín con un golazo a seis minutos del descanso, al perfilarse en la zona izquierda del área grande y soltar un disparo con rosca que se coló en el marco de un Ludogorets ordenado y con peligro en las contras.
Los búlgaros no se achicaron y, en el tiempo añadido, Kiril Despodov acortó distancias con su séptimo gol en los últimos seis partidos, en un tiro de falta directa, escorada a la izquierda y casi en la línea del área, que Bravo despejó, pero el balón ya había rebasado la línea de meta y el árbitro, avisado por el dispositivo tecnológico para estas acciones, concedió el 2-1.
Tras el descanso, el Betis, comprobada la fuerza y las rápidas salidas en ataque del campeón búlgaro, salió con más intensidad. Tras un intercambio de golpes de Canales, cuyo disparo lo desvió a córner Padt, y de Thiago, ante el que Claudio Bravo salvó el gol después de una contra, el equipo español dio un paso adelante.
Ya con el argentino Guido Rodríguez en el césped, en lugar de Paul, los sevillanos recogieron pronto los frutos al filo de la hora de juego. Canales, además de interpretar siempre a la perfección lo que requería el choque, batió con un fuerte remate desde lejos al meta neerlandés del Ludogorets, quien quizás pudo hacer algo más.
A partir de ahí, con el carrusel de cambios en ambos bandos, el choque entró en una fase de desorden y el conjunto búlgaro, muy serio y perseverante, sacó petróleo de ello para meterse de nuevo en el partido con un gol del brasileño Jhonatan Lima ‘Rick’, que había entrado poco antes, de un tiro cruzado a 16 minutos del final.
El 3-2 añadió incertidumbre a la recta final, en la que el Ludogorets rozó el empate en el tiempo añadido, pero el israelí Denny Gropper, tras recortar en el área, remató mal y flojo. Su tiro salió lamiendo un poste de la meta de Bravo, que en esta fase decisiva se mostró seguro para que el Betis sumara su segundo triunfo.