Por Marco Antonio Domínguez Niebla
Vaya problema. Y vaya anuncio. “El regreso será por tierra”. Si la distancia hubiera sido menor, no estaría yo, a través de este texto, describiéndoles un problema.
Pero los 15 chicos estaban lo suficientemente distantes de Tijuana o Mexicali, de Tecate o Ensenada. Recién habían finalizado sus competencias durante un macro-regional de atletismo con sede en Aguascalientes.
Sus destinos, los municipios bajacalifornianos, a más de un día de distancia vía terrestre. Veintitantas horas, bajita la mano. Ninguno de los 15 recibió más explicación por parte del personal del Instituto del Deporte y la Cultura Física de Baja California (INDE) que “fue un error en la logística”.
Ni una disculpa. Palabras más, palabras menos: “Llegaron en avión, regresan en camión”. Y así los enviaron, de imprevisto, sin comunicación alguna a sus respectivos domicilios, según el relato de un tutor víctima de la nueva irresponsabilidad del que alguna vez, y por largo tiempo, fuera instituto modelo en México.
Poco importó que, momentos antes, esos mismos 15 chicos se batieran, algunos en las pruebas sobre la pista y otros entre saltos y lanzamientos, defendiendo a su estado: Baja California. A los rivales (Sonora, Sinaloa, Baja California Sur, Zacatecas, Chihuahua, Durango y Aguascalientes) súmenle, chicos, al enemigo en casa que, desde el desconocimiento, les dispara “fuego amigo” de grueso calibre, agazapado bajo el membrete de director, en el cual se lee el nombre del autor de todo este desbarajuste: David González Camacho. Y, volviendo a la competencia en tierras hidrocálidas, ni siquiera cabría el término de que los chicos “sudaron con orgullo la camiseta”: “La calidad de los uniformes que dio el instituto es horrible; los jóvenes ni siquiera querían ponérselos, y con justa razón”, revela la fuente.
Pero ya he avanzado demasiado sin ponerlos en contexto de la caótica gestión del que, por fortuna, será un periodo de dos años, suficientes, sin embargo, para informar que no habría participación bajacaliforniana en Juegos Nacionales CONADE -ni en cualquiera de sus eliminatorias-, para luego dar marcha atrás y pues que mejor siempre sí.
Aunque ese siempre sí -provocado por la presión de padres de familia cuyos hijos cumplieron con el proceso preparatorio frente a una autoridad estatal desinteresada e insensible- traiga consigo, en el presente, y siga trayendo, en el futuro, historias como la de ya descrita en Aguascalientes.
La siguiente parada de los atletas bajacalifornianos, aquellos que lograron su clasificación a la fase nacional del evento organizado por CONADE, será Monterrey. Mientras tanto, todos, atletas y demás deportistas de Baja California, a cruzar los dedos para que, entonces sí, haya vuelo de ida y de ser posible, también de vuelta.
