Hoy es un día triste para el futbol mundial, pues se retira una de las máximas leyendas de los últimos tiempos: Zlatan Ibrahimović. Un delantero que le metió gol a los mejores porteros, que vistió los colores y portó los escudos de los mejores clubes del mundo. Que fue compañero de Lionel Messi y fue referente en cada equipo en el que militó.
El futbolista sueco de 41 años podría haberse convertido, al cierre de su carrera, en el más longevo en disputar la UEFA Champions League, sin embargo, no fue registrado a tiempo. Uno de los pocos que volvió a la élite porque el futbol norteamericano le quedó chico. Así, como los grandes, se despide del futbol el mejor delantero que ha nacido Suecia.
El artillero que portó el número 11 en su última aventura en el AC Milan, logró convertirse en uno de los delanteros históricos no sólo de Italia, sino del deporte en toda su historia.
Zlatan debutó en el Malmö F. F. y pronto el futbol profesional sueco le quedó chico, migrando a Ajax rápidamente. Ahí, comenzó a deslumbrar a toda Europa, siendo un delantero cuyas habilidades estaban fuera de lo visto hasta entonces.
Después de eso, vistió varias de las mejores camisetas del mundo, siendo Juventus, Inter de Milán, FC Barcelona, AC Milan, PSG y Manchester United sus próximas casas.
Luego de demostrar durante años su valía, llegó al LA Galaxy para convertirse en una de sus más grandes figuras, un nivel que le valió el poder retornar al futbol de élite, algo que ni el propio David Beckham o Andrés Iniesta pudieron conseguir.
Así, con toda esta trayectoria a sus espaldas, Zlatan se despidió en el Estadio Giuseppe Meazza de San Siro con la cabeza en alto, como uno de los más grandes de la historia:
«Es el momento de decir adiós al futbol, pero no a ustedes», señaló al micrófono. «Es muy difícil, son muchas emociones las que siento». «Fuerza Milan y adiós», finalizó, mientras sus compañeros de equipo y todo el estadio lo ovacionaron de pie.
