CARACAS (AP) — Con la presencia del boricua Yadier Molina, justo dos semanas después de poner fin a una laureada carrera de 19 años en Grandes Ligas y ahora incursionando en el papel de mánager, el sábado arranca el torneo de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
Molina, exreceptor de los Cardenales de San Luis, se despidió el 9 de octubre, cuando su equipo fue barrido en dos partidos por los Filis de Filadelfia en la serie de comodines de la Liga Nacional.
El aguerrido pelotero, que jugó toda su carrera en las mayores con San Luis, apenas dejó pasar unos días para uniformarse nuevamente y tomar las riendas de los Navegantes del Magallanes, uno de los dos equipos más populares de Venezuela y el cual ostenta 13 títulos de campeón del béisbol invernal venezolano y dos coronas en la Serie del Caribe (1970 y 1979).
“Estoy bien emocionado de estar en Venezuela y más con un equipo tradicional y ganador como el Magallanes”, dijo Molina a la prensa, destacando que la oportunidad llegó luego de una conversación con el exjugador de Grandes Ligas venezolano Pablo Sandoval, quien hizo todo a su alcance para que hablara con la gerencia de los Navegantes.
Sandoval, junto al guardabosques venezolano José Martínez, que jugó con San Luis (2016-2019), atizaron las ganas de Molina de convertirse en timonel en esta nueva etapa de su carrera. En apenas una noche se alcanzó el acuerdo para dirigir al equipo venezolano.
Molina está consciente que carece de experiencia como mánager pero se siente capaz de asumir esa responsabilidad. Los conocimientos acumulados luego de dirigir por 19 años a lanzadores de prestigio, le sirven de base para comenzar.
También valora los conocimientos adquiridos de timoneles como Tony La Russa que ahora confía en aplicar como mánager.
Relató que de La Russa —el manager con más victorias en la historia de los Cardenales, con un total de 1.408 en 2.591 encuentros y el tercero de todos los tiempos en ligas mayores con 2.728 triunfos— aprendió cómo llevar el juego y estar en sintonía con cada uno de los jugadores.
El nueve veces ganador del Guante de Oro y seleccionado en 10 ocasiones para el Juego de las Estrellas también dirigirá a Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol, que se realizará en marzo de 2023.
Molina, sin cortapisas, se ha trazado la meta de ser campeón en Venezuela y en la próxima Serie del Caribe. Y podría alcanzar ese objetivo con un equipo que logró alzarse con la corona del torneo local el año pasado incluso con una sanción estadounidense a cuestas —que impidió contar con piezas claves que juegan en el béisbol de Estados Unidos.
En la presente campaña ese obstáculo quedó en el olvido, al menos por ahora.
La liga venezolana anunció en septiembre que los Navegantes y el equipo Tigres de Aragua recibieron la licencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, lo que revierte el bloqueo por casi tres años a la participación de jugadores afiliados a las mayores en esas dos novenas locales.
Esa medida administrativa permite a ambos equipos restablecer su ordenamiento jurídico ante Grandes Ligas y su reinserción al Acuerdo de Ligas de Invierno, para así utilizar a todo el personal que milita en el béisbol organizado, algo que no habían podido hacer desde 2019.
No quedó claro cuándo expiran las licencias ni si estás podrán ser revocadas o modificadas en cualquier momento, tal y como fue establecido en diciembre de 2019, cuando el Departamento del Tesoro estadounidense autorizó la participación de jugadores y técnicos afiliados a las ligas mayores en seis de los ocho equipos —Caribes de Anzoátegui, Leones de Caracas, Tiburones de la Guaira, Bravos de Margarita, Cardenales de Lara y Águilas de Zulia— después de considerar que estas novenas no tenían ningún vínculo con el gobierno venezolano.
En agosto de 2019, la liga venezolana fue suspendida inicialmente cuando el gobierno del entonces presidente Donald Trump amplió las sanciones contra Venezuela en un momento en que intentaba ejercer presión para que su homólogo venezolano Nicolás Maduro se separase del cargo.
La autorización anterior excluyó a Tigres y Navegantes por considerar que mantenían vínculos con el gobierno de Maduro. Ambos equipos tienen la figura legal de fundaciones adscritas a las gobernaciones de los estados Carabobo y Aragua, que por años han estado en manos de aliados del presidente.
Las sanciones estadounidenses, que incluyen el congelamiento de los activos del gobierno de Venezuela en Estados Unidos, prohíben a los estadounidenses y empresas foráneas relacionadas hacer negocios con el gobierno venezolano, sus familiares o aquellos que mantengan vínculos comerciales con empresas o funcionarios del gobierno.
La temporada 2022-2023 —donde una vez más Leones, Cardenales y Caribes son favoritos para darle pelea a los Navegantes— se jugará bajo el formato de todos contra todos adoptado durante la pandemia. En la postemporada para definir a los dos finalistas jugarán cinco equipos también bajo el mismo formato de la eliminatoria.
La Serie Final se disputará, como es habitual, a un máximo de siete partidos. El ganador será el representante de Venezuela en la próxima Serie del Caribe, que se disputará del 2 al 9 de febrero de 2023.