PITTSBURGH, Pensilvania, EE.UU. (AP) — Ben Roethlisberger no está listo para decir que los problemas en la ofensiva de los Steelers se solucionaron súbitamente.
Sí, anotar más de 30 puntos por primera vez en la temporada la semana pasada contra los Chargers de Los Ángeles fue bueno. Y sí, tener una línea ofensiva que progresa a una velocidad superior a lo anticipado como para para permitirle a Roethlisberger correr una ofensiva sin reunión con la confianza de que le brindarían protección fue un paso en la dirección correcta.
Aun así, la explosión de 27 puntos de Pittsburgh en un brillante pero, a final de cuentas, infructuoso regreso en el cuarto periodo no fue suficiente para cambiar el resultado final o para eliminar la mala ejecución de los tres periodos que le precedieron.
“Pienso que hubiéramos preferido una victoria y una ofensiva espantosa a tener un gran ataque y no ganar”, dijo Roethlisberger.
Esa fue la fórmula que le había funcionado a Pittsburgh (5-4-1) durante una racha de cinco partidos sin perder, que le ayudó a los Steelers a borrar un terrible inicio de 1-3.
Impulsados en buena medida por el running back Najee Harris y la creciente confianza de Roethlisberger en el tight end novato Pat Freiermuth, Pittsburgh sobrevivió al evitar los errores y dejar que la defensiva hiciera su trabajo.
Eso podría ya no ser suficiente, al menos no con la incertidumbre en torno a la disponibilidad del linebacker T.J. Watt, quien lidia con lesiones en la cadera y la rodilla de cara a la visita de Pittsburgh a Cincinnati (6-4).
Los Steelers permitieron 533 yardas a la ofensiva de los Chargers y ahora enfrentan a un equipo que los hizo ver mal durante una victoria 24-10 en Heinz Field en septiembre.
Hace un mes, parecía que Pittsburgh no sería capaz de mantenerse en la pelea si los juegos se convertían en duelos ofensivos. El juego en Los Ángeles dejó evidencia tangible de que sí se puede.
Quizá lo más alentador para Roethlisberger es ver la paciencia que mostró la ofensiva después de colocarse en desventaja por 17 puntos. No hubo pánico y ello se tradujo en una serie de jugadas grandes.
“Eso fue importante para nosotros: simplemente no abandonamos nuestra ofensiva de forma inmediata”, dijo Roethlisberger. “Utilizamos distintas opciones de carreras y otras cosas, pero en la mayor parte, simplemente nos apegamos a lo que queríamos hacer”.
Roethlisberger repartió el balón. Siete jugadores tuvieron al menos dos recepciones y los tres pases de anotación de Roethlisberger fueron para Freiermuth, Diontae Johnson y el veterano tight end Eric Ebron.
Aún hay temas que corregir, particularmente con la selección de jugadas dentro de la zona roja, pero el coach Mike Tomlin se negó a atribuirle la culpa al coordinador ofensivo de primer año, Matt Canada, pues aseguró que él está involucrado en el proceso de selección de jugadas tanto en la defensiva como en la ofensiva.