La fiscalía argentina que investiga las circunstancias de la muerte del ídolo futbolístico Diego Maradona empezará el lunes a tomar declaración indagatoria a siete personas, entre ellas su médico personal y una psiquiatra, sospechosos de haberlo «abandonado a su suerte».
Todos son investigados por prescribirle un tratamiento «inadecuado, deficiente y temerario», según las conclusiones del informe de una junta médica que analizó las circunstancias que rodearon la muerte del astro y que llevó a la fiscalía a agravar el delito investigado.
Maradona murió el 25 de noviembre de 2020 en una casa en las afueras de Buenos Aires donde convalecía de una exitosa cirugía para extraerle un hematoma de la cabeza.
Esta fase del proceso, que debía empezar el 31 de mayo, fue postergada al 14 de junio al suspenderse por dos semanas las actividades presenciales en la justicia de la provincia de Buenos Aires por la ola de covid.
Las indagatorias se llevarán a cabo en sede de la Fiscalía General de San Isidro, en la periferia norte de Buenos Aires, que instruye la causa.
Según el sistema penal de la provincia de Buenos Aires, los imputados concurren ante los fiscales para ser informados de qué se los investiga. Como es un acto de defensa, el imputado puede declarar o negarse a ello.
Tras las declaraciones, la fiscalía pasará la causa al juez con la recomendación de procesarlos o sobreseerlos. Finalmente, después de un proceso que puede llevar muchos meses y hasta años, el caso puede llegar juicio oral.
Los investigados se presentarán ante la fiscalía de a uno por vez y día por medio, dijo a la AFP una fuente cercana al caso.
Las declaraciones comenzarán el lunes próximo con el enfermero Ricardo Almirón (37 años), seguirán con la enfermera Dahiana Madrid (36), el coordinador de enfermeros Mariano Perroni (40), la médica coordinadora de la internación domiciliaria Nancy Forlini (52) y el psicólogo Carlos Díaz (29).
El viernes 25 será el turno de la psiquiatra Agustina Cosachov (35), a quien se le reprocha que no aseguró «la correcta administración de la medicación y psicotrópicos» indicados al exjugador del Barcelona y el Nápoli.
La ronda se cerrará el lunes 28 de junio con la declaración de Leopoldo Luque, un neurocirujano de 39 años que oficiaba como médico de cabecera de Maradona y fue el responsable del cuidado del astro en sus últimos días.
El informe de los peritos concluyó que Luque «evitó asistir y/o al menos propiciar la debida atención médica a Maradona, ya que no garantizó su debido seguimiento con controles y estudios cardiológicos, ni convocó a especialistas en materia cardiovascular, hepática y renal, conforme su cuadro requería, librando su destino a su suerte».
Los siete imputados están en libertad pero tienen prohibida la salida del país.
La investigación judicial se abrió porque Maradona murió en su domicilio y ningún médico había firmado el acta de defunción del exjugador con historial de adicciones y problemas cardíacos.
Luego se investigó como «homicidio culposo», un delito con penas de uno a cinco años de prisión y que refiere a una muerte causada sin intención por el obrar imprudente o negligente del homicida.
Pero en base al informe de la junta médica, la Fiscalía agravó el caso y pasó a investigar los hechos como un «homicidio simple con dolo eventual», con penas de 8 a 25 años de prisión.
En Argentina, este delito indica que aún sabiendo el daño que puede provocar una determinada acción, una persona continúa haciéndola sin evitar el mal.
Según el informe médico, el equipo de profesionales a cargo de Maradona sabían «cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente» y sin embargo fueron «absolutamente indiferentes a esa cuestión».