Es poco probable que los tenistas que no se hayan vacunado contra el COVID-19 reciban visa para entrar al país para disputar el Abierto de Australia en Melbourne en enero, según el máximo responsable político del estado donde se celebra la primera cita de Grand Slam de la temporada.
El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, ya declaró la obligatoriedad de la vacuna para los deportistas profesionales que compiten en ligas nacionales, así como en algunas industrias como la sanitaria. El martes, incrementó la presión sobre los tenistas que viajan desde el extranjeros.
“No creo que ningún tenista sin vacunar vaya a obtener visa para entrar a este país”, afirmó Andrews. “Si consiguen visa, probablemente tendrán que hacer cuarentena por un par de semanas cuando ningún otro deportista tendrá que hacerlo”.
“El deporte profesional es una parte de la lista de trabajadores autorizados y tienen que estar vacunados con dos dosis”, agregó.
Australia se está preparando para reabrir sus fronteras por primera vez en más de 18 meses, pero será un proceso gradual y por estados que comenzará en noviembre y dependerá de la tasa de vacunación nacional. Quienes hayan completado la pauta tendrán menos restricciones que quienes no.
El debate sobre la vacunación está vigente en el tenis desde que se reanudaron las competiciones internacionales tras el parón al inicio de la pandemia del coronavirus.
Algunos tenistas, incluyendo el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, han defendido que la decisión de vacunarse debe ser una elección personal. Otros como el británico Andy Murray afirman que debería ser obligatoria para el bien de la mayoría.
En el Abierto de Estados Unidos, que culminó el 12 de septiembre, los espectadores debieron presentar certificación de haber recibido al menos una dosis de vacuna contra el COVID-19 para presenciar los partidos, aunque a los tenistas no se les exigió estar inoculados.
Victoria Azarenka, dos veces campeona del Slam australiano y tres veces subcampeona del US Open, consideró que ello mandaba una mensaje contradictorio. La bielorrusa fue la finalista de la edición de 2020 del US Open, en la que no se permitió el ingreso de público.
“Me parece un poco bizarro que los aficionados tengan que estar vacunados y los jugadores no”, dijo Azarenka. “Desde mi punto de vista, es inevitable que será obligatorio en algún momento, como lo están haciendo las otras ligas”.
Tanto la gira masculina de la ATP como la femenina de la WTA recomiendan a todos sus jugadores que se vacunan, pero han establecido que sea obligatorio. Previo al US Open, si acaso la mitad de los jugadores en ambos circuitos se habían vacunado.
Rumbo al Abierto de Australia a inicios de este año, todos los jugadores debieron cumplir una cuarentena de dos semanas y ser sometidos a pruebas de diagnóstico frecuentes como parte de los estrictos protocolos sanitarios.