Max Scherzer ha teorizado que el nuevo reloj de pitcheo permitirá que los lanzadores dicten el ritmo de los juegos.
Pero a juicio de un umpire, Scherzer fue demasiado rápido el viernes, incluso para los parámetros de dicho reloj.
Scherzer probó los límites de las reglas nuevas del béisbol sobre el ritmo del juego durante su segunda apertura de pretemporada. Intentó varias tácticas inusitadas para sorprender a los bateadores de los Nacionales de Washington en el encuentro del viernes.
Por ejemplo, comenzó a hacer el pitcheo al dominicano Víctor Robles justo en el momento en que el umpire Jeremy Riggs daba inicio nuevamente a la cuenta regresiva en el reloj.
Riggs lo sancionó con un balk.
“Él pide tiempo, yo estoy listo, recibo la luz verde”, justificó Scherzer. “Pienso que fue un lanzamiento limpio, pero él dijo que no. Tenemos que saber dónde está el límite”.
El reloj de pitcheo en las mayores ha permitido que los lanzadores y bateadores aprendan un ritmo totalmente nuevo en eta primavera. Los peloteros tienen 30 segundos para reanudar la acción entre cada turno de bateo.
Entre cada lanzamiento, los pitchers disponen de 15 segundos sin hombres en base y 20 segundos cuando sí los hay.
Los bateadores deben estar en la caja y alertar al pitcher cuando queden al menos ocho segundos en el reloj. Sólo pueden pedir una pausa por turno.
Algunos se están adaptando y tratan de sacar ventaja de las reglas más rápido que los demás.
El dominicano Wandy Peralta, de los Yanquis de Nueva York, realizó su trabajo con tal celeridad durante un turno en el juego del jueves, que completó un ponche en tres pitcheos y en apenas 20 segundos.
Scherzer experimentó con algunas estrategias el viernes.
Sin corredores en los senderos y con dos strikes ante Riley Adams en el tercer inning, Scherzer se paralizó en el montículo y permitió que el reloj llegara a siete segundos, antes de que Adams solicitara pausa.
Al siguiente pitcheo, Scherzer se colocó en posición de listo cuando comenzó la cuenta de 20 segundos. Adams se paró finalmente en la caja cuando restaban 11. De inmediato, Scherzer lanzó.
Adams hizo el swing y abanicó una recta a 96 millas por hora.
“Pueden decir que ellos esperaban que yo trabajara rápido hoy. Pueden aprovechar ese trabajo a su favor, si aceleran o frenan el juego”, comentó Scherzer.
No todos los experimentos funcionaron. El astro no sólo incurrió en el balk, sino que vio revocado un doble play cuando los umpires determinaron que había permitido que se agotara el tiempo antes de comenzar su movimiento para lanzar.