El juicio por violencia de género contra la exestrella del Manchester United Ryan Giggs terminó el miércoles sin veredicto después de que el jurado no se pusiera de acuerdo sobre la culpabilidad del futbolista en el caso que provocó su dimisión como seleccionador de Gales.
Tras tres semanas de vistas y 23 horas de deliberaciones a lo largo de varios días en Manchester, en el norte de Inglaterra, la jueza Hilary Manley liberó a los miembros del jurado ante su incapacidad para decidir sobre los cargos contra el exatacante.
Giggs, de 48 años, estaba acusado de agredir a su excompañera, Kate Greville, y a la hermana menor de esta, así como de comportamiento controlador y coercitivo. Entre las acusaciones figuraban «aislamiento, menosprecio, humillación, acoso, degradación y malos tratos».
La justicia británica podría ahora decidir convocar un nuevo juicio. Pero para ello las partes tendrán que debatir sobre la pertinencia de otro proceso, que dada la congestión de los tribunales británicos no se celebraría en ningún caso hasta dentro de varios meses.
The jury in the trial of Ryan Giggs has been discharged after failing to reach verdicts on whether he attacked and controlled his ex-girlfriend and assaulted her sister. pic.twitter.com/jEyY1fKrPr— Sky Sports News (@SkySportsNews) August 31, 2022
Giggs se había declarado inocente de todos los cargos, que se remontan a una violenta discusión el 1 de noviembre de 2020, cuando la policía fue llamada a su casa.
El dos veces ganador de la Champions League con el Manchester United fue detenido y posteriormente puesto en libertad.
Según la acusación, Giggs atacó en noviembre de 2020 violentamente a Kate Greville y a su hermana Emma, hiriendo a su compañera en el codo y en los labios.
Durante el juicio, el exfutbolista aseguró que nunca había cometido actos de violencia contra ninguna mujer y afirmó que las heridas se produjeron durante un «choque involuntario» con su novia mientras se peleaban por un teléfono móvil. Sí admitió haber sido infiel con todas sus sucesivas novias.