La bandera de México volvió a elevarse sobre el cielo de Tokio. De nuevo, en tonos de bronce que acompañaron la sonrisa de Rosa María Guerrero Cázares. La atleta tricolor tuvo una competencia de ensueño en la que brilló en lanzamiento de disco al colgarse la medalla de tercer lugar.
Júbilo nacional y la demostración de poder por parte de la mazatleca que alcanzó una distancia de 24.11 metros en la categoría F55 (atletas de campo que tienen el movimiento muy limitado de las piernas, o la ausencia de extremidades). Sólo fue superada por la china, Feixia Dong que registró 26.64 y Diana Dadzite de Letonia con 25.02.
Para la delegación mexicana paralímpica, la presea de bronce de Rosa María Guerrero representó la segunda cosechada en Tokio 2020, luego del también tercer lugar obtenido por Fabiola Ramírez en la prueba de los 100 m dorso, clasificación S2.
Rosa María cumplió así uno de sus anhelos de mantenerse en la élite del deporte internacional. Ella llegó a ser futbolista antes de sufrir una enfermedad que le provocó paraplejía.
Posteriormente, inicialmente se involucró en el baloncesto en silla de ruedas antes de ser descubierta por el entrenador nacional Iván Rodríguez, quien la invitó a entrenar en atletismo.
Un día fue invitada a un evento organizado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, y conoció a la selección brasileña que compitió en los Juegos Paralímpicos 2016 en Río de Janeiro. Tuvo la oportunidad de probar eventos de Para atletismo como lanzamiento de disco y lanzamiento de peso y descubrió su talento para el deporte.
