Rick Carlisle dimitió el jueves como entrenador de los Mavericks de Dallas, convirtiéndose en la segunda salida de gran importancia en la organización en dos días.
Carlisle pasó 13 temporadas en Dallas y guió a los Mavericks al campeonato de la NBA en 2011. Su decisión se anunció un día después de que el gerente general Donnie Nelson y la organización decidieron tomar caminos distintos, lo que puso fin a una relación de 24 años de Nelson con la franquicia.
“Esta fue exclusivamente decisión mía”, dijo Carlisle en un comunicado difundido a ESPN poco después de que el equipo anunció su salida.
Dallas se convierte en el séptimo equipo con una vacante en el puesto de entrenador, uniéndose a Nueva Orleans, Washington, Orlando, Indiana Portland — y Boston, en donde Carlisle fue parte del equipo que ganó el campeonato de la NBA en 1986 como jugador.
Y ahora los Mavericks necesitan de un coach y un gerente general en una temporada baja en la que también se prevé que le ofrezcan a Luka Doncic — de 22 años y dos veces miembro del equipo ideal de la NBA — una extensión de contrato por 201 millones de dólares.
Carlisle tuvo marca de 555-478 en Dallas, asumiendo las riendas de un equipo conformado en torno a Dirk Nowitzki para llevarlo al título en 2011 — el primer y, a la fecha, único campeonato en la historia de los Mavericks. Dallas llegó a la postemporada en seis de las siguientes 10 temporadas, pero en ninguna de ellas pasó de la primera ronda.
Sin embargo, el propietario del equipo Mark Cuban insistió tras la eliminación de este año — en que los Mavericks tuvieron marca de 0-3 en casa en la eventual derrota en siete juegos ante los Clippers de Los Ángeles — que el trabajo de Carlisle no estaba en riesgo y que regresaría al frente de Dallas.
Carlisle, al parecer, tenía otra idea. El entrenador dijo a ESPN que tuvo “varias conversaciones en persona” con Cuban en los últimos días y llegó a la conclusión de que era momento de partir.
“Rick me informó el día de hoy de su decisión de dejar el cargo de entrenador”, dijo Cuban. “Además de ser un excelente entrenador, también fue mi amigo y confidente. Rick nos ayudó a traer el Trofeo O’Brien a Dallas y siempre apreciaré esos recuerdos”.