BARCELONA (AP) — Barcelona, el equipo que en algún momento maravilló al mundo por su gran estilo de juego y compromiso social de ser “más que un club”, está en riesgo de dañar su reputación con otro escándalo de su propia creación.
Aunque el club niega cualquier delito, la fiscalía española investiga los pagos de millones de dólares del Barcelona a una empresa que pertenecía al vicepresidente del comité de árbitros.
El fútbol español ha sido remecido desde que la estación de radio SER Catalunya dio a conocer esta semana que el Barcelona pagó1,4 millones de euros (1,5 millones de dólares) entre 2016 y 2018 a una empresa que pertenece al exárbitro José María Enríquez Negreira, quien fue parte del comité de árbitros de la Real Federación de Fútbol de España entre 1994 y 2018.
El Barcelona asegura que el dinero fue para pagar reportes técnicos sobre árbitros y jugadores juveniles. Esos pagos se dieron a conocer como parte de una investigación fiscal a la empresa.
En respuesta, el Barcelona dijo en un comunicado que tiene conocimiento “de los hechos que está investigando”. El club indicó que contrató a la empresa como un consultor externo para producir “en formato vídeo, informes técnicos referidos a jugadores de categorías inferiores del Estado español” y para “informes técnicos relacionados con el arbitraje profesional”.
Los reportes de árbitros son una práctica común y los clubes pueden pagar a otros empresas o preparar los reportes de manera interna, como hace ahora el Barcelona.
Pero el viernes los dos diarios más importantes de España, El País y El Mundo, reportaron que desde el Camp Nou pagaron más dinero a la empresa de Enriquez Negreira.
El País indicó que los pagos alcanzaron siete millones de euros (7,5 millones de dólares) desde 2001. Eso quiere decir que los pagos fueron realizados por varios presidentes, incluyendo en el primer mandato (2003-10) del actual presidente Joan Laporta.
Mientras que El Mundo informó que Negreira amenazó al entonces presidente del Barcelona, Josep Bartomeu, con crear “un escándalo” si el club decidía dejar de pagar por sus servicios en 2018.
En una entrevista con el diario español ABC el viernes, Bartomeu dijo que puso fin al contrato con la empresa para reducir los costos y que el club no intentó recibir favoritismo de los árbitros.
“Parece que con este servicio estuviéramos pidiendo más penaltis a favor o que quisiéramos condicionar las decisiones de los árbitros y no es así”, dijo Bartomeu. “Este señor (Enríquez Negreira) tenía cero poder entre los árbitros”.
“Los informes que nos hacía eran desde el punto de vista del arbitraje. Era un documento escrito y un DVD, para todos los partidos del primero equipo y del filial. Era un análisis arbitral”, añadió.
Joan Gaspart, quien fue el presidente del Barcelona entre 2000-03, cuando los pagos presumentamente comenzaron, negó tener conocimiento de los mismos.
El Barcelona le informó a The Associated Press que inició su propia investigación con ayuda externa “para garantizar máxima eficiencia”.
La Fiscalía no confirmó las versiones de El País y el Mundo tras una consulta de AP. Sólo dijo que la investigación oficial inició hace meses.
Laporta defendió al club y dijo que “no es casualidad que salgan informaciones de este tipo cuando el Barcelona va bien”. El equipo lidera la Liga española, en carrera por su primer título del torneo desde 2019.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, incluso se refirió al caso.
“Vamos a esperar a que los órganos de gobernanza de la Liga Española aclaren la situación que por desgracia estamos conociendo por los medios de comunicación”, dijo Sánchez después de que le pidieron su comentario sobre la situación en Eslovenia el viernes.
La Federación y el comité de árbitros indicaron que colaborarán completamente con la investigación. La federación aclaró que Negreira no tiene ningún papel en la organización desde que cambió de administración en 2018.
Luis Medina, árbitro entre 1998-2009 y actual jefe del comité que realiza las asignaciones de colegiados a los partidos, dijo que este es un momento lamentable para su profesión.
“Llevo 40 años en el arbitraje y esto es lo más triste que he vivido”, dijo Medina el jueves. “Pongo las dos manos en el fuego por todas las generaciones de árbitros que se han dejado la piel en el campo.
Medina afirmó que cuando fue un árbitro activo nunca recibió presión alguna por parte de Enríquez Negreira o de otros para conseguir un resultado o favorecer a un equipo. Sostuvo que Enríquez Negreira tenía un función limitada responsabilidad.
“No sabíamos qué competencias tenía”, señaló Medina. “Ha estado allí muchos años, pero era un hombre en la sombra, y no tenía ninguna competencia importancia en el comité”.