LOS ÁNGELES (AP) — Aaron Donald ha ganado prácticamente todos los premios disponibles para un integrante de la línea defensiva durante su carrera espectacular de ocho años con los Rams de Los Ángeles.
Y como él mismo menciona, el único trofeo que le falta es uno que recibe el nombre de Vince Lombardi.
“Es lo único que he estado persiguiendo”, dijo el lunes Donald, tres veces nombrado el Jugador Defensivo del Año en la NFL.
En la jornada, los Rams comenzaron la semana que habrán de concluir como anfitriones del Super Bowl.
A sus 30 años, Donald está todavía en el nivel óptimo de un desempeño formidable que lo ha llevado a siete selecciones All-Pro. Pero es también suficientemente maduro para entender que cualquier Super Bowl podría ser el último para un jugador, aunque se le considere el mejor defensivo de su generación.
Algo interesante ha ocurrido durante la travesía de los Rams por los playoffs de la Conferencia Nacional. Los compañeros y entrenadores de Donald han adoptado la última gesta de su jugador como un grito de guerra.
Aunque Donald no es un veterano que esté en el ocaso de su carrera o que esté a todas luces ante su última oportunidad de conseguir un título, darle esa coronación se ha convertido en un reto para el equipo, a medida que se acerca el encuentro dominical.
“Todos en este edificio queremos ganar por Aaron Donald, a fin de darle más a su legado y a lo que ha hecho”, dijo el coordinador defensivo Raheem Morris. “Nuestra gente de relaciones públicas, relaciones con la comunidad y fútbol americano, los que están en la sala de entrenamientos, los jugadores, sus hermanos, todos queremos ganar por Aaron Donald”.
Más allá de sus talentos, los Rams profesan evidentemente respeto y admiración por lo que hace Donald fuera del terreno.
Von Miller planteó el reto poco antes de que los Rams afrontaran la postemporada. El Jugador Más Valioso del Super Bowl 50 consideró importante ayudar a que Donald tenga su propio anillo de Super Bowl.
Miller ha repetido ese deseo en las semanas posteriores. Afirma que los Rams conversan sobre esto en los vestuarios.
“De forma egoísta, quiero ser el tipo que ayude a que Aaron Donald gante el Super Bowl”, dijo Miller. “Cuando él llegue al escenario en Canton (el Salón de la Fama), tendrá que decir: ’¡Hombre, cuando Von Miller llegó al equipo, las cosas cambiaron! Por eso quiero hacer esto”.
Jalen Ramsey, el cornerback estelar, es otro pilar de la defensiva de Los Ángeles. Y a comienzos de la postemporada, manifestó lo mismo que Miller. Odell Beckham Jr. y otras figuras de los Rams, han sacado el tema a relucir desde entonces.
Naturalmente, los Rams (15-5) quieren vencer a los Bengals de Cincinnati porque ello culminaría media década de crecimiento bajo las órdenes del entrenador Sean McVay. La llegada del estratega puso fin a tres temporadas en que Donald había sido el típico caso de un buen jugador en un mal equipo —quizá preguntándose si debía trazar una via para mudarse a otro conjunto donde tuviera más oportunidades de ganar.
Amable y accesible, Donald ha jugado el tiempo suficiente para ganarse el respeto de la NFL y para inspirar a los jugadores que vienen detrás de él.
“Las palabras no pueden expresar la forma en que eso se siente. Escuchar estas cosas de tus hermanos y compañeros”, dijo Donald. “Uno hace todo lo que está en su poder para ayudarlos a ganar y para que digan que me ayudarán a lograr algo. Eso es algo grande. Es una bendición que mis compañeros hayan tenido tanto amor por mí para hacer eso. Es un logro que podemos tener y que va a ser eterno, que no vamos a olvidar y que nos va a unir para siempre”.