TOKIO (AP) — Hay un fenómeno que se produce cada vez que Simone Biles aparece en las pantallas del Power Moves Gymnastics & Fitness.
Como resortes, las chicas de raza negra en el competitivo equipo de gimnasia artística se entusiasman por la corriente de adrenalina que reciben al ver a la reinante campeona olímpica desafiar los límites de su deporte.
“Es una motivación que sencillamente es increíble”, dijo DeLissa Walker, copropietaria del gimnasio ubicado en las afueras de la ciudad de Nueva York junto a su hermana Candie. “Nos quedamos estupefactas: ‘Wow, están realmente inspiradas’. Es como que (…) ‘yo puedo ser como ella’!”.
Y son cada vez más.
La fisonomía de la gimnasia en Estados Unidos está cambiando. Cada vez más atletas de color incursionan — y se mantienen — en un deporte que por mucho estuvo dominando por atletas blancos al nivel más alto.
La mitad del equipo estadounidense — Biles, Jordan Chiles y Sunisa Lee — que saldrá a competir el domingo en la fase clasificatoria en el Centro Ariake está conformado por minorías. Biles y Chiles son afroamericanas; los padres de Lee emigraron desde Laos.
Más de la mitad de las 18 mujeres que participaron el mes pasado en el torneo nacional en San Luis eran de color. Si bien las cifras siguen siendo bajas a nivel universitario, las mujeres negras representan casi el 10% de las atletas becadas en la primera división, un 7% más que en 2012. Más del 12% de la membresía en la federación nacional se identifica como de raza negra.
Y si bien varias de las figuras actuales ya se habían adentrado en el deporte cuando Gabby Douglas se convirtió en la primera mujer afroestadounidense en ganar el título olímpico del concurso individual en los Juegos de Londres 2012, el incremento de la participación entre atletas no blancas desde el momento dorado de Douglas es real, y se ha amplificado por el brillo inigualable de Biles.
“Simone le abierto los ojos a tantas mujeres de color, que se dicen: ‘tú también puedes lograrlo’”, dijo Cecile Landi, quien ha trabajado como una de las entrenadoras de Biles junto a su esposo Laurent desde 2017. “No sólo son chicas blancas delgadas las que pueden hacerlo. Cualquiera puede. Y como es un negocio con dueños afroamericanos, pues eso atrae a sus propias familias”.
No era exactamente lo que Nellie Biles tenía en mente cuando abrió las puertas del World Champions Centre en los suburbios al norte de Houston. De todas formas, en los últimos seis años, WCC se ha convertido en una meca deportiva. Las seis integrantes del equipo de élite del club son de raza negra, y la diversidad se palpa en todos sus niveles, desde el grupo de vanguardia a los infantes que pasan unas cuantas horas en el gimnasio para agotar su energía.
Fue lo que impactó a Gina Chiles desde el momento que su hija se mudó desde el estado de Washington para entrenar en el WCC en 2019.
“Recuerdo que llamé por teléfono a mi esposo y le dije: ‘No me lo vas a creer’”, contó Gina Chiles. “En el gimnasio de nuestra ciudad, Jordan era la única. Es refrescante ver a gente de todos los colores. Pero la cantidad de niñas negras dedicándose a la gimnasia me puso tan feliz. Cuesta tanto explicarlo. Es como: ‘Wow’”.