Lionel Messi culminó la pasada temporada con su primer partido en el que anotó cinco goles en 10 años. Pero el repóker fue con la camiseta de Argentina ante Estonia, no con el PSG, donde la “Pulga” firmó apenas seis tantos en 26 partidos de la liga francesa tras llegar procedente del Barcelona. Fue el registro más bajo de Messi desde la temporada 2005-06, cuando apenas tenía 18 años.
Aunque sus 14 asistencias para el PSG le dejaron en el segundo puesto del torneo, por detrás de su compañero Kylian Mbappé, el siete veces ganador del Balón de Oro no estuvo a la altura de las expectativas generadas tras una excelsa trayectoria en el Barcelona — autor de 672 goles.
Esa cifra astronómica incluyó una alucinante campaña de 50 goles en 2012, para seguir con 46 en 2013. Messi fue el máximo goleador de España en ocho temporadas y encabezó la tabla de cañoneros en la Liga de Campeones en seis ediciones. En su apogeo, el crack argentino endosó cinco tantos al Bayer Leverkusen en 2012.
Transcurrida una década, su floja producción goleadora en el PSG suscita dudas si puede acoplarse a un nuevo esquema tras estar acompañado durante tanto tiempo por habilidosos como Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Neymar que jugaban esencialmente para él.
“La idea es que Messi se involucre más en el juego y que sus compañeros se vinculen más con él durante los partidos, lo cual no pasó mucho la temporada pasada”, dijo el nuevo técnico del PSG Christophe Galtier. “Con lo que he visto hasta ahora, está comprometido completamente. En cuanto a los demás, todo el mundo sabe lo que es capaz de hacer”.