Josh Allen saldrá al emparrillado del Highmark Stadium, en Orchard Park, con el sólido respaldo de las casas de apuestas para llevarse el MVP de la NFL. Curtido por los golpes durante siete años en la liga, el quarterback de Bills cuenta con los blasones para ser reconocido como el mejor jugador de la liga.
Buffalo es el matagigantes bajo el mando de Allen. El domingo acabaron con la histórica racha de once victorias de Lions (la mejor en la historia de Detroit) con la pegada de un campeón en el intercambio de golpes a la ofensiva. Allen salió con el puño en alto después de completar un par de TD y correr para otros dos.
Detroit se sumó a la lista de víctimas de los empoderados Bills, que acabaron con el andar invicto de los bicampeones Chiefs en la semana 11; después pasaron el rodillo sobre 49ers, que disputaron el más reciente Super Bowl.
Allen es colocado con probabilidades de -900 para ser elegido MVP, muy por encima de Lamar Jackson, QB de Ravens con +750, y de Saquon Barkley, corredor de Eagles con +1,500.
En su séptima temporada en la NFL, parece encontrar la ruta hacia un año inolvidable. Ya dejó entre los recuerdos aquellos primeros partidos en 2018, cuando la liga era un gran desafío. En su primer partido con Bills de Búfalo, en el inicio de la campaña, apenas completó seis de 15 pases para 74 yardas en un amargo debut con una descomunal derrota por 47-3 en Baltimore.
Allen fue cubierto con un manto de dudas después de sus primeros seis partidos en los que obtuvo marca de 2-4, con dos pases de anotación y cinco intercepciones. Fue relevado de los controles las siguientes cuatro semanas hasta volver para enfrentar a Jacksonville en la semana 11, con un triunfo de 24-21.
A partir de ese momento nadie volvió a hacerle sombra en la discusión por ser el titular de Bills. Esta campaña ya cuenta con 3,395 yardas por pase con 25 espirales de anotación; además de 11 tochdowns más por tierra. Está a cuatro de empatar la mejor marca de una campaña en la historia de la liga, hito que parece estar a su alcance cuando se mira que su cierre de calendario es enfrentando dos veces a Patriotas y una más a Jets, equipos sin esperanzas de alcanzar la postemporada.
Una campaña digna de un MVP puede ser la motivación que hace falta a Allen y a Bills para conquistar el campeonato de la Conferencia Americana y disputar el Super Bowl, una asignatura pendiente a lo largo de estos años en los que su quarterback ha ido madurando para ser uno de los más destacados en la NFL.
