La 112ª edición del Tour de Francia, cuyo recorrido fue desvelado este martes en París, se celebrará íntegramente en territorio francés por primera vez en cinco años, con el Mont Ventoux y el col de la Loze como puntos destacados.
Una salida el 5 de julio desde Lille, dos pruebas contrarreloj, siete llegadas en cimas y un final clásico en los Campos Elíseos: estos son los principales puntos de un trazado que recupera cierta tradición luego de tres salidas consecutivas desde otros países.
«No hay ni un solo milímetro fuera de las fronteras. Algunos dirán ‘¿100% francés? No es de extrañar, debería ser siempre así’«, destaca el director del Tour, Christian Prudhomme, quien «reivindica las salidas desde el extranjero, que permitieron brillar al Tour y a Francia».
Ya era conocido que la salida sería desde Lille y la llegada a los Campos Elíseos. La mítica avenida de París está de regreso al programa, luego de que la edición 2024 tuviera que terminar en Niza debido a los Juegos Olímpicos.
La última etapa podría inspirarse precisamente en la aclamada prueba olímpica de ciclismo en ruta por las calles de París, y contar con un nuevo itinerario que vaya más allá de las tradicionales vueltas alrededor de los Campos Elíseos, con una posible incursión en el elevado barrio de Montmarte.
«Vimos la fuerza del ciclismo en ruta. Fue maravillosamente y formidablemente popular. Los Juegos Olímpicos permitieron hacer cosas que parecían imposibles», explica el director del Tour.
Sin embargo, las conversaciones entre la organización del Tour, el ayuntamiento de París y la prefectura de policía están siendo duras y todavía no hay demasiado optimismo sobre esa posibilidad.
Antes de esa última etapa todavía en el aire, la geografía del país impone al Tour un recorrido que parece dividido en dos mitades, llan al inicio y montañoso al final.
Pero esto es «solo una apariencia», dice Prudhomme.
«La primera etapa parece favorecer a los velocistas, que tendrán la ocasión por primera vez en cinco años de hacerse con el maillot amarillo. Pero hemos puesto desafíos por todas partes. Thierry (Gouvenou, diseñador del Tour), no se ha dejado ni una sola cuesta fuera entre Lille y Bretaña».
Una primera contrarreloj llana de 33 kilómetros en Caen en la 5ª etapa servirá para que arranquen las hostilidades. Dos días después, habrá otro momento importante con llegada a Mûr-de-Bretagne, antes de que el Tour ponga rumbo hacia los Pirineos.
Las etapas en este sistema montañoso se anuncian complicadas, con una llegada a la cima del Hautacam, la víspera de una contrarreloj de 11 km en alto entre Loudenvielle y la estación de Peyragudes.
El día siguiente las cosas se torcerán todavía más, con una llegada a Superbagnères por primera vez desde 1989, precedida de las subidas al Tourmalet, al Aspin y al col de Peyresourde, una secuencia de altos vuelos que servirá para definir candidatos.
De los Pirineos, el Tour viaja a los Alpes, con un regreso al mítico Mont Ventoux. Esta será la primera llegada a la cima del gigante de la región de Provenza desde 2013, ya que la etapa de 2016 tuvo que ser anulada por el viento.
La etapa reina queda programada para el jueves 24 de julio, con los ascensos del puerto de Glandon, de la Madeleine y la llegada en la cima del temible col de la Loze, nuevo clásico de la prueba con un colosal desnivel de 5.500 metros.
El día siguiente el pelotón se enfrentará a una nueva odisea entre Albertville y la estación de La Plagne, donde el vencedor de esta edición 2025 debería ser ya conocido.
«Las etapas de montaña son muy, muy difíciles, y eso va a compensar los días de llano. Pero no podemos tener días sin llano porque se podrían sufrir las consecuencias de forma inmediata», resumió Thierry Gouvenou.
Pero, ¿a qué corredor del pelotón favorece más este recorrido? El arquitecto del recorrido no se atreve a dar un nombre concreto.
«Nunca hemos visto a un corredor ordinario ganar el Tour de Francia. En este momento (Tadej) Pogacar está por encima de los demás. No importa el tipo de terreno, se las apañará. Y por eso saldrá adelante el próximo año. Pero también hay grandes esperanzas de ver a Jonas Vingegaard volver a su mejor nivel», opinó.
Por su parte el Tour femenino alcanzará por primera vez las nueve etapas en su cuarta edición, con el col de la Madelaine como plato fuerte.