El diario japonés Asahi Shimbun, patrocinador oficial de los Juegos, pidió la cancelación de la cita olímpica y calificó el evento como «una amenaza sanitaria«, con el país sufriendo una cuarta ola de la pandemia de covid-19.
En un editorial, el diario, con tendencia de izquierda y segundo nacional en términos de difusión, llamó al primer ministro, Yoshihide Suga, a hacer una «evaluación tranquila y objetiva de la situación y tomar la decisión de cancelar estas Olimpiadas de verano».
El llamado coincide con una oposición creciente en Japón, donde las encuestas muestran que la mayoría de la población rechaza celebrar los Juegos, previstos entre el 23 de julio y el 8 de agosto.
‘NO SE PUEDE ACEPTAR LA APUESTA’
El editorial apunta que «no se puede aceptar la apuesta» de celebrar los Juegos, pese a que los organizadores aseguran que se puede hacer de manera segura.
Acusó también a los dirigentes del Comité Olímpico Internacional (COI), en particular a su vicepresidente John Coates, de estar «claramente fuera de sintonía» con el público japonés.
Consultado la semana pasada si los Juegos se celebrarían incluso bajo el estado de emergencia por el coronavirus, Coates dijo: «la respuesta es absolutamente sí».
Tokio y otras regiones de Japón están actualmente bajo estado de emergencia, que deberá ser prolongado esta semana hasta el 20 de junio.
«Decir ‘sí’ sin ningún sustento sólido deja en evidencia la imagen engreída del COI», señala el editorial de Asahi.
La advertencia del diario se produce cuando los Juegos están a menos de dos meses de comenzar, y después de que Estados Unidos pidiera a sus ciudadanos no viajar a Japón por la amenaza del coronavirus.
Sin embargo, la Casa Blanca dijo el martes que apoya los planes de celebrar los Juegos.
«Hay reglas de ingreso y procedimientos muy específicos que han sido definidos por los organizadores para asegurar la protección de todos los involucrados», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Cancelar los Juegos le costaría a Japón el equivalente a unos 16.600 millones de euros (20.250 millones de dólares), indicó el Instituto de Investigación Nomura.
Sin embargo, advirtió que el país podría sufrir un daño económico aún mayor si realiza los Juegos, en caso de que un repunte de infecciones provoque un nuevo estado de emergencia.
El domingo, Masayoshi Son, al frente del mayor grupo de inversión en nuevas tecnologías, SoftBank, señaló: «¿Es que el COI tiene el derecho de decidir si se celebran o no?».
Unos días antes Hiroshi Mikitani, jefe del gigante del comercio electrónico Rakuten, habló de los Juegos como una «misión suicida».
LOS DEPORTISTAS, EXCEPCIÓN EN LA VACUNACIÓN
Este miércoles la presidenta del comité de organización de los Juegos, Seiko Hashimoto, tomó acta de la «fuerte» oposición.
«Un número considerable de japoneses están preocupados«, señaló en una reunión del consejo ejecutivo de Tokio-2020.
Pero reafirmó que el número de delegados extranjeros será limitado y que se someterán a restricciones durante su viaje a Japón, por lo que supondrán una presión suplementaria para el ya cargado sistema médico local.
«Los preparativos avanzan bien para tener unos Juegos seguros«, insistió.
Japón ha registrado un relativamente bajo impacto de la pandemia con unas 12.000 muertes, pero un reciente brote de infecciones puso presión en el sistema de hospitales.
El país ha comenzado el proceso de vacunación con mayor lentitud que otras potencias mundiales. Solo el 2% de los 125 millones de habitantes han sido completamente inoculados.
Una excepción será hecha con los deportistas olímpicos japoneses y algunos miembros de lo equipos técnicos, que serán vacunados gracias a las dosis ofrecidas por Pfizer.
Según el Comité Olímpico Japonés, su vacunación comenzará el 1 de junio y las dosis serán administradas a 600 deportistas y 1.000 entrenadores y miembros de los equipos técnicos.