BOSTON (AP) — La primera vez que Kendrick Bourne ingresó a las instalaciones de los Patriots de Nueva Inglaterra la semana pasada no sabía qué esperar.
Durante sus cuatro temporadas de la NFL en San Francisco, el receptor de 25 años desarrolló una percepción a la distancia de una franquicia “engreída” que ganaba a menudo pero que parecía hacerlo carente de alegría y con frivolidad.
No pasó mucho tiempo para que todas esas percepciones desaparecieran luego de que acordó ser parte de las crecientes contrataciones de los Patriots en la agencia libre que tendrán la tarea de borrar el escozor de una humillante temporada con foja de 7-9 en 2020.
“El primer día que estuve en el edificio, pude sentir lo natural que era la conexión entre los jugadores, la primera vez que nos conocimos”, comentó Bourne el lunes. “Simplemente fue una energía natural, una energía positiva”.
Ese día, abandonó las instalaciones con un nuevo sentimiento.
“Van a cambiar las cosas en un año. Honestamente puedo verlo”, dijo Bourne. “Creo que va a ser un año increíble. No puedo esperar”.
Bienvenidos al nuevo comienzo de los Patriots de Nueva Inglaterra, en el que uno de los regímenes más ahorradores de la liga se ha convertido de repente en uno de los equipos que más gastan.
Nueva Inglaterra arrancó la agencia libre con un espacio de unos 69 millones de dólares en el tope salarial, sólo detrás de Jacksonville, que tiene un espacio de unos 74 millones de dólares, y de Indianápolis, que cuenta con 71 millones.
Hasta el lunes, los Patriots ya habían hecho 22 transacciones desde que empezó el nuevo año de la liga el 17 de marzo, alcanzando acuerdos con 19 agentes libres y añadiendo a otro a través de un canje.
Ese grupo tiene garantizados colectivamente unos 175 millones de dólares en salarios durante la vigencia de sus contratos, una cifra aproximadamente igual a la que el propietario del equipo, Robert Kraft, pagó para adquirir la franquicia en 1994.
El derroche de dinero da al equipo nuevos integrantes, como el defensive back Jalen Mills, procedente de los Eagles y quien firmó un contrato por cuatro años y 24 millones de dólares, además de mucha confianza.
“Muestra que no sólo creen en nosotros como individuos, sino que creen en los muchachos que fueron firmados y en el equipo que ya tienen”, comentó Mills. “Estas adiciones y también el próximo Draft, van a hacer la diferencia. Y eso es todo lo que quieres como jugador”.
Nueva Inglaterra se ha visto beneficiada de un mercado de agentes libres lleno de talento debido a la reducción del tope salarial impuesto por la liga a causa de la pérdida de ingresos provocada por la pandemia de COVID-19. Eso dejó a muchos equipos con menos dólares disponibles para gastar. Aquellos equipos, como los Patriots, que tenían espacio en su tope salarial, están compitiendo con menos rivales.
En tanto, el quarterback Cam Newton está de regreso con un acuerdo por un año luego de una primera temporada irregular en la que las restricciones implementadas por la pandemia le impidieron participar en un programa de temporada baja. También tuvo problemas con su juego aéreo, debido a que no contaba con receptores experimentados o de fiar.