Siempre Paola Longoria. Su legado ya está escrito con oro para siempre en el deporte mexicano, pero aún así no para de añadir nuevos éxitos: la raquetbolista mexicana se coronó campeona del mundo, por quinta vez en su carrera, en el torneo de la especialidad disputado en San Luis Potosí. Lo hizo pese a no contar con el respaldo de la Conade.
La multicampeona mexicana denunció que no contaba con los recursos para hacer frente a este torneo. Al final, ello hizo lo que mejor sabe hacer: ganar.
Gabriela Martínez, representante de Guatemala, fue la rival de Paola en la Final de la modalidad de singles, que se jugó a tres sets. Longoria validó el prestigio de ser la mejor del mundo en su deporte: ganó cada uno de los sets por marcadores de 12-10, 11-6, 11-7, respectivamente. De esta forma, la atleta potosina sumó un título más a los que ya había conseguido: 2012, 2014, 2016 y 2021. Por si fuera poco, también tomó revancha, pues en 2018 perdió ante Martínez en el campeonato que se disputó en San José, Costa Rica. Hace un mes, Longoria también fue campeona en los Juegos Mundiales de Birmingham.
El logro adquiere una mayor dimensión si se toma en cuenta que la Conade, presidida por Ana Gabriela Guevara, no le brindó a Paola el apoyo que requería para costear el viaje y todos los asuntos de logística. Ante esa situación, Longoria se vio obligada a realizar una colecta, método que se ha vuelto normal en vista de la indiferencia institucional. La Comisión del Deporte argumentó que la Federación Mexicana de Raquetbol no ha justificado un gasto de 432 mil pesos que data de 2014 y que incumplía con con las reglas de operación del Programa Nacional de Cultura Física y Deporte del ejercicio fiscal del año en curso.
Longoria, por su parte, había denunciado en charla con ABC Deportes que su beca deportiva se ha reducido en un 70% (actualmente es de 6 mil pesos). «Lo tengo que decir: es una vergüenza que el deporte mexicano este en esta situación ahora y más en un deporte en el que hemos dado demasiadas satisfacciones. Somos el deporte que dio todas las medallas en Juegos Panamericanos y sí, no somos deporte olímpico, pero en lo que nos corresponde hemos dado resultados».
Pese a todo, la alegría fue redonda para Longoria, que cumplió la máxima de «en mi casa se me respeta», pues obtuvo también la medalla de ojo en la modalidad de parejas junto a su compañera Samantha Salas. Las mexicanas superaron a Natalia Méndez y Valeria Centellas, de Argentina, en un reñido encuentro: las visitantes ganaron dos de los cinco sets, pero al final la pericia y talento de Longoria y Salas bastaron para que México pueda corear una alegría más en este deporte que, para mala suerte del país, no es una actividad que forme parte del programa olímpico.
Longoria cuenta con nueve medallas de Juegos Panamericanos desde Guadalajara 2011 hasta Lima 2019 (tres por cada modalidad disponible: individual, parejas y equipos). También tiene en su currículo tres medallas de oro en Juegos Centroamericanos. Hasta 2021, se contaban en su historial un total 112 títulos, cifra que la ha colocado como la número uno indiscutible en el ranking mundial de ráquetbol.
Siempre quedará una duda que bien podría desvelar a todos los aficionados mexicanos: ¿qué hubiera pasado si el ráquetbol hubiera sido un deporte olímpico? La pregunta, desde luego, tiene su toque imaginativo y nostálgico, pero en el terreno de los hechos no hay mucho que decir: Longoria habría arrasado por completo al menos durante dos Juegos Olímpicos (2016 y 2020) y seguramente tendría todo listo para apuntalar su dominio en París 2024.