Tom Brady enfrentó a sus antiguos rivales divisionales y no mostró compasión, Miami quedó aplastado bajo el circo aéreo que encabezó el número ‘12’ de Tampa Bay. 45-17 apalearon a los Delfines.
El quarterback de los Bucaneros volvió a lucir como una aplanadora, acabó con cinco envíos de anotación y 411 yardas. Ni siquiera tuvo un receptor favorito, repartió de manera equitativa sus pases.
Miami trató de ponerse de tú a tú con los campeones vigentes mientras pudo, Jacoby Brissett aprovechó las bajas en el perímetro para mantener conseguir un par de ocasiones. Luego el combustible se les acabó.
Brady arrancó su despliegue por aire a través de una conexión con Giovani Bernard, el corredor atrapó un ovoide en zona de goal y superó sin problemas la cobertura de Miami.
El siguiente en timbrar fue Antonio Brown, el versátil receptor consiguió un par de anotaciones, en el primero mostró su elusividad tras escaparse 62 yardas.
La paliza se concretó por cortesía de Mike Evans. Brady también le puso en las manos un par de pases perfectos en la tierra prometida.
Ya con el choque definido, el entrenador Bruce Arians determinó sentar a su quarterback estrella. Los Bucaneros pudieron colocar más puntos, colocaron rodilla en tierra en la zona roja, hasta Blaine Gabbert movió las cadenas.
Meterse al Raymond James Stadium se ha convertido en una pesadilla para los visitantes, los Bucs continúan perfectos en su inmueble y promedian 41.3 unidades.
Entre Brown y Evans se combinaron para 237 yardas por recepción, el costoso perímetro de Miami que tiene nombres como el de Xavien Howard y Byron Jones no presentó resistencia.
Los Delfines sumaron su cuarta derrota consecutiva, se les comienza a hacer tarde en la temporada, a este paso, cuando regrese Tua Tagovailoa será demasiado tarde.