Algo ha tenido que ver Jack Nicholson desde el televisor de su casa para volver al Crypto Arena. El legendario actor, fan acérrimo de los Lakers desde hace décadas, no veía un partido en directo de su equipo desde el duelo inicial de la temporada 2021-22. Y, con 86 años (los cumplió hace 7 días), ha decidido que era el momento de regresar a pie de pista, a su asiento habitual, al lado de su hijo, siempre fiel acompañante. Era una señal de lo que estaba por venir: los Lakers apabullaron a los Grizzlies, les destrozaron con una exhibición monumental y vencieron de 40 (125-85). Pasan a semifinales de Conferencia por primera vez desde 2020, el anillo de la burbuja. Y por segunda desde 2012, un dato extraño dentro del mercado más grande de la NBA, la franquicia de los 17 anillos, tope histórico empatado con los Celtics. Ya están aquí: han vuelto. Tras una temporada llena de despropósitos, han ganado a un rival sencillamente peor. Con solvencia. Y sin explotar a LeBron James ni Anthony Davis, que no jugaron nada en el último cuarto. No era necesario.
Parece mentira: los Lakers estaban en el puesto 13 de la NBA en el parón del All Star. Tras el mismo, 18-9 de récord, el mejor de la Conferencia Oeste, para alcanzar el séptimo puesto. Una remontada extraordinaria que culminó con una victoria nada brillante en el play in ante los Timberwolves, ya eliminados. Todo mejoró tras el traspaso de Russell Westbrook, también eliminado. Y han jugado contra el segundo entorchado del Oeste… al que han eliminado. Una revolución maravillosa sustentada en una defensa espectacular y un buen ataque, coral, que no exige milagros de LeBron y Davis y que permite al equipo tener muchos argumentos. Recursos. Soluciones. Los Lakers han ganado 4-2 y su rival en semifinales saldrá del Kings-Warriors del domingo (21:30, hora española). Tienen, pase lo que pase, un descanso que sus rivales no van a tener. Y tiempo para calmarse, pensar, preparar la serie e intentar, por supuesto que la van a hacer, salir victoriosos.
El arreón inicial de los Grizzlies (empezaron 2-6 y 5-9) fue un mero espejismo. Al final del primer cuarto, los Lakers mandaban por 31-20. Al descanso, la diferencia aumentaba hasta un 59-42. Los visitantes quisieron apretar y empezaron el tercer periodo con un triple de Ja Morant, pero no hubo manera. Tres triples seguidos, dos de un estupendo D’Angelo Russell (31 puntos con 12 de 17 en tiros) y uno de Jarred Vanderbilt (9 tantos al final, un descubrimiento absoluto) ponían el 68-45. Era la sentencia: en el tercer periodo no hizo más que aumentar la ventaja y el parcial fue demoledor, de 41-25. El encuentro estaba resuelto. Los Lakers, por momentos, ejercieron una defensa históricamente buena. Y Davis estuvo superlativo: 16 puntos, 14 rebotes y 5 tapones. Loss Grizzlies, el equipo que más puntos ha anotado en la zona durante la regular season (58,4) llevaban 20 en los tres primeros cuartos. Recibieron 15 tapones. Apenas pusieron 2.
Se acaba la temporada para los de Taylor Jenkins, una que supone un frenazo para el proyecto. El curso pasado llegaban a semifinales de Conferencia (cayeron 4-2 ante los Warriors) y en el presente curso no han podido sostener la inercia positiva ni la dinámica ascendente. El escándalo de Ja Morant con una pistona en un club desmadejó la química grupal y las salidas de tono constantes de Dillon Brooks (11 de 42 en triples en toda la serie) han acabado convirtiendo a los Grizzlies en el enemigo público número 1 de la opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Morant acabó el sexto y definitivo partido con 10 puntos y 3 de 16 en tiros. Desmond Bane se quedó en 15, con 5 de 16. Santi Aldama, en una gran temporada en la que se ha consolidado en la NBA, fue de lo mejor de los suyos con 16 tantos (6 de 10 en el lanzamiento) y 5 rebotes. Todo mal para la entidad de Memphis, que se va al rincón de pensar… con muchas cosas que pensar, claro.
¿Y los Lakers? Pase lo que pase, su temporada es ya fantástica. LeBron, que llegó 5 horas antes al estadio para entrenar, no ha tenido que forzar y supera su 40ª ronda de playoffs, ya líder histórico junto a Derek Fisher, que también estaba viendo el partido. Ha promediado 22 puntos en la serie, los mismos que ha metido hoy (9 de 13 en tiros, fantástico), junto con 5 rebotes y 6 asistencias. Todavía no ha puesto esa marcha más que sabemos que tiene y que llegará cuando su equipo más la necesite. Austin Reaves sumó un 11+6+8, Dennis Schröder se mostró calmado en la toma de decisiones (sólo 2 tantos, pero 5 asistencias), Wenyen Gabriel aporta siempre que sale (6 puntos en 10 minutos) y Lonie Walker IV y Malik Beasley sumaron 8 y 9 unidades de anotación respectivamente en ese último cuarto que sirvió para reservar a los mejores y pensar en la siguiente ronda. Rui Hachimura, en otro gran esfuerzo defensivo, hizo un 6+4. Y los Lakers repartieron 33 asistencias, una barbaridad maravillosa.
