Países Bajos se medirá a Argentina en el Estadio Lusail el próximo 9 de diciembre. Este es uno de los juegos más atractivos de los cuartos de final en Qatar 2022, tiene todos los ingredientes: historia, figuras y rivalidad. Por ahora, los europeos han mostrado menos preocupación, hasta día de descanso tuvieron.
Ambas selecciones pasaron su juego de octavos de final sin mayores complicaciones. Los neerlandeses vencieron a Estados Unidos 3 a 1, mientras que Argentina se impuso a la Selección de Australia 2 a 1.
Ambos comparten ciertas condiciones. Tanto la Albiceleste como la Naranja Mecánica han tenido un “camino sencillo”. Durante sus juegos de fase de grupos ningún rival era de su jerarquía. En el grupo A estaban Qatar, Senegal y Ecuador; en el C México, Polonia y Arabia Saudita. Ninguno de ellos era del “tamaño” de estas dos potencias.
También tienen la similitud en cuanto a su nivel de juego. Como no han sido exigidos, ni en fase de grupos ni en octavos de final, no han sido capaces de mostrar su mejor nivel colectivo dentro del campo. Se han sostenido de individualidades. Cody Gakpo por un lado y Lionel Messi por el otro.
Algo que sí podría diferenciarlos es la presión con la que carga cada uno. Si bien en estas instancias la carga de presión es alta para cualquiera, Países Bajos no tiene la “soga al cuello”. Sí, tienen una deuda histórica de ganar una Copa del Mundo, pero esta generación no ha sido la que ha levantado más expectativas.
Esas esperanzas descansaban en los equipos de Johan Cruyff o en los de Ruud Gullit, no en este conjunto liderado por Memphis Depay. Aunque han demostrado buenas sensaciones, siguen sin ser contendientes principales.
Y eso se refleja en cómo se están preparando para encarar el compromiso. Este lunes los neerlandeses se tomaron un respiro. El plantel se montó en un yate y navegó por las aguas del Golfo Pérsico para recargar energías de cara al siguiente cotejo. El tiempo lúdico también es parte de prepararse: las cosas pueden salir mejor cuando la mente y el cuerpo están tranquilos.
Están a días de jugar el juego más importante de la Copa, hasta ahora, y se les vio relajados y contentos. La unión del grupo es clara y hasta se dieron la oportunidad de jugar UNO y nadar.
Potro lado, Argentina es un equipo con la presión hasta el tope: tienen que refrendar la grandeza que construyeron hace más de 30 años; Messi juega su último Mundial y quiere sí o sí la copa; y su tradición futbolera solo estará conforme con el título, algo que no sea el trofeo será considerado fracaso. Tienen el plantel y la historia para lograrlo.
Mientras unos estaban en yate otros estaban en el campo de prácticas. Quizá la Albiceleste no pueda gozar de “ese respiro”; si es que se lo dan y fracasan, las críticas no se detendrían. La presión motiva o perjudica.