Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio y las autoridades locales japonesas anunciaron este martes que pedirán al público «abstenerse» de asistir al maratón y a las pruebas de marcha debido a los riesgos de infecciones por el covid-19.
Tanto el maratón como las pruebas de marcha deben celebrarse en Sapporo, a más de 800 kilómetros al norte de la capital japonesa.
Se esperan nuevas restricciones para el público del resto de competiciones de los Juegos Olímpicos de aquí al final de esta semana por la situación de la pandemia.
«Teniendo en cuenta la situacion actual del covid-19 será necesario reducir el riesgo de infecciones limitando los desplazamientos del público», justificaron en un comunicado los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio y las autoridades de Sapporo y del departamento de Hokkaido.
«Eso tiene como consecuencia que se ha decidido pedir al público abstenerse» de seguir las carreras desde el borde de la carretera en Sapporo, según ese comunicado.
El maratón, una de las pruebas emblemáticas de los Juegos Olímpicos, protagonizó una polémica importante en 2019, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) impuso su organización en Sapporo y no en Tokio, para intentar buscar unas mejores condiciones con temperaturas menos altas.
El maratón femenino olímpico se disputará el 7 de agosto y el masculino un día después, en el último día de los Juegos, que se abrirán oficialmente el 23 de julio.
Los organizadores habían renunciado ya a acoger a espectadores procedentes del extranjero y en junio habían autorizado al público residente en Japón a acudir a las pruebas, pero limitando su presencia a un 50% del aforo y siempre sin superar las 10.000 personas.
Sin embargo, el reciente aumento de infecciones de coronavirus en Japón, y especialmente en Tokio, ha provocado una revisión de los planes previstos.
Según el diario Asahi de este martes, no habría público en la ceremonia de apertura de los Juegos, programada para el 23 de julio en Tokio.
Los organizadores buscan igualmente limitar el número de invitados oficiales a la ceremonia a «unos centenares» (representantes del COI, dignatarios extranjeros, patrocinadores, etc), según fuentes gubernamentales citadas por Asahi.