Mañana al mediodía, cuando Najee Harris ingrese al campo de Heinz Field, capturará la atención de medios y aficionados que observarán si el corredor de los Acereros de Pittsburgh se convierte en el sexto novato desde 1950 en encadenar seis partidos con 75 yardas terrestres y una anotación en cada uno de ellos.
La historia espera a Harris este domingo.
Pero no siempre fue así. Hace una década, a Najee de 12 años de edad, poco le importaban las yardas o el futbol americano. Su mente divagaba en saber cuándo tendría una próxima comida o si esa noche estaría resguardado bajo algún techo con su madre y cuatro hermanos.
Las dificultades para conseguir un trabajo estable por parte de su madre, provocaron que los Harris fueran desalojados de varios cuartos donde sobrevivían.
Sin dinero, un automóvil se volvió su techo para dormir cuando no encontraban sitio en los refugios del área de la Bahía de San Francisco. El último centro comunitario que proporcionó una cama para Najee y el resto de su familia, fue GRIP, que forma parte del Programa Interreligioso en Richmond. California.
Desde que fue tomado por los Acereros en el pasado Draft, el corredor ha empleado parte de su salario para dar mantenimiento al complejo que le brindó ayuda.
Hasta ahora, Harris cambió la vieja alfombra por pisos de maderas, equipó la cocina y áreas comunes con electrodomésticos, área de juegos en los jardines y pintura en exteriores.
A pesar de ocuparse durante varias horas del día en entrenamiento con los Acereros, Najee se toma parte de su tiempo libre para conectarse en videollamadas y supervisar los trabajos que se realizan en GRIP. También se mantiene cerca de los jóvenes que como alguna vez sucedió con él, duermen en el albergue.