CHARLOTTE, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — El golf no había tenido tanto ruido ni tanta energía desde que sobrevino la pandemia. Y durante este tiempo, Rory McIlroy tampoco había sido protagonista de una ronda definitiva.
Casualmente, ambas situaciones han cambiado en el Wells Fargo Championship.
El norirlandés estará jugando en el grupo final por primera vez desde el Riviera, realizado un mes antes de que el golf entrara en una larga parálisis. La actividad se reanudó después, pero el público no volvió durante el resto de 2020.
“Hubo un gran ambiente”, dijo McIlroy, tras una tarjeta de 68 golpes, tres debajo del par, que le dejó dos tiros detrás de Keith Mitchell. “Simplemente es agradable jugar otra vez en un ambiente como éste. Lo he echado de menos. No pensé que lo extrañaría tanto, pero sí lo he hecho.
“Estar de vuelta en la competencia y tener a los fanáticos de regreso es algo que he disfrutado realmente hoy, y que me emocionará mañana”.
Así que se espera un espectáculo atractivo para este domingo. Y habrá ruido.
En este torneo se ha permitido que asista público al 30% de la capacidad —cualquiera que ésta sea en un extenso campo de golf. Sólo una minoría de los espectadores usa mascarillas, así que sus aclamaciones se escuchan fuerte y claro.
Mitchell, quien se había sentido también carente de energía tras la reanudación del golf, corrigió su putter y logró buenos tiros de salida el sábado. Evitó los errores que frenaron a McIlroy y a Woodland, y cerró sin bogeys, con 66 golpes, para tomar una ventaja de dos impactos sobre esos dos rivales.
Irá por su segunda victoria en la Gira de la PGA. La primera llegó en el PGA National, durante el Honda Classic, hace dos años.
“En algunos campos de la Gira puedes tener tiros malos, reponerte y conseguir un birdie”, explicó Mitchell. “Acá no puedes hacer eso. Pienso que ésta es una prueba auténtica de golf. No creo que el golf sería divertido si todos los campos fueran como éste. Pero simplemente me siento más cómodo en un campo más difícil”.
El mexicano Abraham Ancer es el latinoamericano mejor colocado, tras una tarjeta de 70 golpes, que lo dejó en un acumulado de 209, cuatro bajo par.