El Manchester United, con un doblete de Rasmus Hojlund, acabó con la resistencia del Luton, ganó 1-2 en Kenilworth Road y se colocó cerca de su objetivo mínimo del curso, terminar en Europa, ahora a tres puntos tras la caída del Tottenham esta jornada.
La derrota del cuadro londinense ante el Wolves (1-2) sirvió en bandeja al Manchester United una oportunidad de oro para engancharse a la pelea por los puestos continentales. Tenía la oportunidad de colocarse a sólo tres puntos de los ‘Spurs‘ y acercarse a una posición que sólo ha ocupado en ocho de las 25 jornadas que se han disputado hasta ahora en la Premier League.
Los hombres de Erik ten Hag no se enfrentaban a un equipo ni mucho menos asequible. El Luton, muy necesitado de puntos para no caer en los puestos de descenso, se presentaba como un rival complicado por culpa de su difícil situación en la tabla.
Sin embargo, los jugadores del Luton regalaron quince minutos que fueron cruciales en el desarrollo del partido. Saltaron al terreno de juego con la cabeza en otro sitio y el United no desaprovechó la oportunidad. Ni un minuto tardó en ponerse por delante.
Exactamente, 37 segundos, los que tardó Hojlund en aprovechar un error grosero de Amari’i Bell cuando era el último jugador. Entregó mal la pelota, se la dio a Hojlund y el atacante danés no falló ante Thomas Kaminski. El Luton, en un suspiro, se dio un tiro en un pie y desde el minuto uno ya tenía que remar a contracorriente.
Pero la voracidad de Hojlund no estaba saciada. Su primer tanto desconcertó al Luton, que en el primer tramo del choque besó la lona y dejó todo tipo de fisuras que explotó el equipo de Ten Hag. Y Hojlund, a los siete minutos, aumentó la renta con un remate con el pecho que desvió un disparo de Garnacho desde fuera del área. Lo hizo adrede, no fue un rebote. Todo un golazo.
Y sus aciertos no sólo sirvieron para adelantar al United. También sirvieron para premiar al danés con dos récords: con 21 años y 14 días superó a Joe Willock (Newcastle) y se convirtió en el jugador más joven en marcar en seis partidos seguidos de la Premier League; y, además igualó a Cristiano Ronaldo, Ruud van Nistelrooy y Eric Cantona en la nómina de jugadores del su club que ha conseguido sumar goles en media docena de duelos seguidos.
Esa fue la presentación de ambos equipos. El Luton regaló diez minutos y el United no lo desaprovechó. Todo parecía resuelto en Kenilworth Road a las primeras de cambio, pero el Luton se negó a tirar la toalla y consiguió meterse en el partido gracias al paso atrás que dio el United y del que se aprovechó Cartlon Morris para reducir distancias al cuarto de hora con un cabezazo dentro del área.
Entonces, al equipo de Ten Hag le entró el tembleque y jugadores como Garnacho y Harry Maguire estuvieron a punto de provocar una catástrofe. El primero, intento un caño cerca de su área y perdió una pelota que estuvo a punto de aprovechar Morris. Y el segundo, inexplicablemente, erró en un pase y entregó la pelota directamente a Barkley. Por suerte para Maguire, la jugada continuó y Varane, de milagro, se cruzó ante Woodrow para frenar un gol cantado.
El United terminó la primera parte con el agua al cuello. Estaba por delante en el marcador gracias a diez minutos inspirados, pero se olían los problemas. Por eso, Ten Hag agitó el banquillo y sacrificó a sus tres amonestados (Casemiro, Maguire y Shaw) para dar entrada a McTominay, Evans y Lindelof.
La salida de Casemiro equilibró más al United, que, aunque jugó con fuego planteando un partido de ida y vuelta, por lo menos se sacudió el completo dominio del Luton durante muchos tramos del acto inicial. Y, fruto de ese cambio, disfrutó de un par de ocasiones para sentenciar el partido que salvaron entre Sambi Lokonga y Kaminski.
El primero evitó un tanto de Bruno Fernandes. Con una aparición milagrosa, sacó la pelota prácticamente de debajo de la portería. Y el segundo salvó un mano a mano ante Garnacho, muy poco afortunado durante casi todo el partido.
El United no sentenció el choque y vivió con incertidumbre hasta el final porque el Luton no sacó la bandera blanca hasta el último instante, cuando Ross Barkley se encontró con el larguero en un último remate sobre la bocina. pero la sangre no llegó al río y los arreones de Hojlund bastaron al United, que sumó su cuarta victoria consecutiva para acechar la deseada sexta posición que, de momento, atesora el Tottenham.