Quique Setién, quien dirigió al Barcelona en una oscura y corta etapa que fue de enero a agosto de 2020, volvió a aparecer en escena para relatar las difíciles condiciones en las que le tocó estar, con un vestidor sin alma y que era comandado por Lionel Messi.
El estratega fue muy claro al hablar y desde el principio entendió que estaba en el Barcelona porque no había más opciones que pudieran aceptar dirigirlo, aunque estar al frente de una institución como esa, con Messi entre sus filas, lo llamó a aceptar, algo de lo que se arrepentiría.
«Yo soy perfectamente consciente cuando voy a Barcelona de que voy porque no tienen a nadie más, pero lo que no puedes es renunciar a ir al Barcelona y entrenar a los mejores jugadores del mundo, entre ellos, al mejor. Era la única oportunidad que iba a tener en su vida«, comentó en entrevista para Jot Down.
Lo anterior solo fue el preludio para describir cómo encontró al grupo, algo que le sorprendió y lo llevó a caer en shock.
«Lo que me encontré en Barcelona no lo vi en 40 años de futbol, el vestuario no era feliz», explicó.
«Llegas ahí y te encuentras con un montón de cosas que realmente te llaman la atención porque, primero, desconoces ese nivel y, segundo, porque nunca he vivido un vestuario así, ni en la selección ni en el Atlético de Madrid. Era otra cosa”, abundó.