Una auténtica lucha de fieras resultó el partido entre Pumas y León, donde los felinos del Pedregal tuvieron una ventaja de 3-0, pero de forma increíble fueron alcanzados por un aguerrido León que con 10 jugadores peleó hasta el último minuto para sacar el resultado 3-3.
Fue uno de esos partidos que parecen película de acción, con golazos y emociones, además de su dosis de gracia con los festejos de los jugadores. Todo porque los Pumas no supieron liquidar a los Esmeraldas y desperdiciaron al menos dos jugadas claras.
Para abrir boca en el Estadio Nou Camp, un centro de Eduardo Salvio fue mal rematado por Juan Dinenno, pero logró que le balón pegara en el defensa Paul Bellón. El árbitro acudió al VAR y tras ver la repetición se convenció de marcar un penal que fue acertado por el Dinenno.
Ya con el 1-0 en la bolsa, Pumas siguió insistiendo en conseguir goles y desquició a la defensa de León, tanto que Osvaldo Rodríguez perdió la cabeza y se fue expulsado por una plancha sobre Meritao. La mesa estaba puesta para los de Lillini.
Y así fue en el primer tiempo porque antes de terminar los 45 minutos reglamentarios, el juvenil Jorge Ruvalcaba mandó un centro que rematado por Gustavo del Prete para anotar el 2-0, con todo y festejo ‘estilo Boselli’.
El entrenador Renato Pavia se negó a replegar a su equipo y modificó la estrategia de tal manera que solo dejó al delantero Lucas di Yorio en la delantera, pero modificó su medio campo para aprovechar su velocidad.
En este lapso, Pumas desperdició jugadas claras de Meritao y de Eduardo Salvio, que los defensas de León sacaban de la línea de gol de manera angustiosa.
Al 52’ Ruvalcaba asistió a Toto Salvio que consiguió el 3-0 con una definición de primera intención. Ahí parecía victoria felina con el resultado inapelable.
Pero entre el cansancio, el desorden auriazul y el ímpetu de león comenzó la reacción. primero con un gol de Di Yorio que sorprendió a la defensa y remató un centro en el área. Luego apareció Joel Campbell que culminó con un remate de tijera un centro de Yairo Moreno.
El marcador estaba 3-2 y aunque se respiraba peligro, parecía más fácil un cuarto gol de la visita que el empate.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, el juvenil Jesús Rivas falló a la hora buena y regaló el balón a Di Yorio a los 78 minutos. El delantero argentino corrió con el regalito y fusiló a un Julio González que intentó poner el cuerpo pero no pudo cubrir el balazo que meció las redes en el 3-3.
Rivas había entrado por el canterano Pablo Bennevendo y no pudo entrar fino al partido. Así fue como unos Pumas que habían rugido mejor fueron alcanzados por el incansable León de Paiva.
