LONDRES (AP) — Barbora Krejcikova insistió que nadie —ni sus amigos, familia, ni siquiera ella misma— creerían que ganó Wimbledon para conquistar su segundo título de Grand Slam.
Su primer campeonato en un major, como jugadora fuera de la siembra hace tres años en el Abierto de Francia, ciertamente fue una sorpresa. Esta victoria 6-2, 2-6, 6-4 ante la italiana Jasmine Paolini en la final del sábado en el All England Club fue igual de impredecible, pero creo que es momento de reconocer que estos resultados no solo son posibles, pero tienen sentido.
“Es irreal lo que acaba de suceder. Definitivamente el mejor día en mi carrera tenística —y también el mejor día de mi vida”, admitió Krejcikova a sus 28 años, quien le agradeció a su fallecida mentora, la campeona de Wimbledon 1998 Jana Novotna, quien la llevó a jugar tenis profesional
Incluso mientras sostenía el plato de oro de campeona, Krejcikova se describió como “la afortunada” por superar la séptima sembrada Paolini, quien fue igualmente finalista en Roland Garros el mes pasado.
Krejcikova era la 31ma de 32 sembradas en el All England Club tras una enfermedad y lesión de espalda esta temporada que la limitó a una marca de 7-9 antes del torneo. Y luego su duelo de primera ronda se extendió hasta tres sets para continuar dudando.
Pero al final de las dos semanas, durante la ceremonia de trofeos, Paolini le dijo a Krejcikova: “Juegas un hermoso tenis”.
Krejcikova es la octava mujer que termina Wimbledon como campeona en las últimas ocho ediciones. La ganadora del año pasado también es checa: Marketa Vondrousava, quien perdió en la primera ronda en esta edición.
Paolini es la primera mujer desde Serena Williams en el 2016 que disputa la final en Roland Garros y Wimbledon en la misma campaña —y la primera desde Venus Williams en el 2022 que pierde ambas.
Jugando con calma y eficiencia —e incluso pareció que no tuvo que hacer esfuerzo— Krejcikova se llevó 10 de sus primers 11 puntos y rápidamente se colocó arriba 5-1.
