Kobe Bryant, la estrella imposible de apagar

Kobe Bryant, la estrella imposible de apagar

Los Ángeles es por excelencia la ciudad de las celebridades y las estrellas, pero hay una que jamás dejará de brillar: Kobe Bryantleyenda de los Lakers y la NBA, y quién murió trágicamente en un accidente de helicóptero el 26 de enero de 2020.

Kobe, quien estaría celebrando su cumpleaños 44 este 23 de agosto, se convirtió en una auténtica figura al comandar a los Lakers ganar cinco veces el trofeo Larry O’Brien.

Desde que apareció en la NBA (1996), con 18 años, Kobe Bryant se distinguió por su hambre de competir contra los mejores, siempre brillando con luz propia. Y en mediotiempo lo recordamos.

‘Air Jordan’ fue el espejo en el quería reflejarse el que después se ganó el mote de ‘Black Mamba’, y al final no lo necesitó, aunque nunca dejó de tenerlo como un gran referente y amigo, siendo Michael Jordan el protagonista de un emotivo discurso durante el homenaje póstumo para Bryant.

«Kobe lo dejó todo en la cancha. Fue como mi hermano menor. Si esperan que hable de las comparaciones entre él y yo… Solo quiero hablar de Kobe. Los pequeños hermanos siempre quieren meterse en tus cosas; en tus zapatos, tu closet. Kobe Bryant fue una inspiración sobre la forma de querer jugar el juego, quería ser el mejor basquetbolista que podía ser. Bueno, yo quiero ser el mejor hermano mayor que puedo ser«, apuntó Jordan.

Incluso, durante algunas escenas del documental ‘The Last Dance’ se puede ver a Jordan resaltar la actitud de Kobe, quien en el All Star Game de 1998 pudo plantarse ante el icono de los Chicago Bulls sin desparpajo alguno, pese a que en dicho evento impuso la marca como el más joven en aparecer en un Juego de Estrellas, lográndolo con 19 años cumplidos.

«Sin Jordan no habría Kobe. No habría ganado cinco anillos sin él. Es como mi hermano mayor, me ayudó mucho y me dio muy buenos consejos», apuntó Bryant en el episodio.

Kobe Bryant arribó a la NBA siendo un buen prospecto, pero hasta ahí. Únicamente con lo hecho en el Instituto Lower Merion de su natal Philadelphia, fue seleccionado en el puesto 13 del Draft de 1996, pero no por los Lakers, sino por los Charlotte Hornets, quinteta que lo envió a California a cambio de Vlade Divac.

Superando un primer año en el que no disputó muchos minutos, en su segunda campaña se coló al All Star Game sin ser un titular afianzado, demostrando que estaba hecho para forjar su leyenda en Los Angeles, aunque no lo haría solo.

Al banquillo de los Lakers arribó uno de los grandes socios en los éxitos de Michael Jordan, el entrenador Phil Jackson, quien supo conjuntar las habilidades de unos colosales Bryant y Shaquille O’Neal para conquistar tres campeonatos consecutivos entre 2000 y 2002.

Pero la luna de miel no duró mucho e incluso Jackson, múltiple campeón de la NBA, criticó duramente a Kobe acusándolo de ser ‘imposible de entrenar’. El desaguisado los distanció, pero Bryant zanjó todo problema cuando el coach volvió a la franquicia.

«Él me enseñó a jugar este juego. Él es el entrenador, yo soy el jugador. No pensamos que vayamos a tener ningún problema. Esto no me molesta en absoluto. ¿Si guardo algún tipo de resentimiento? Ninguno. La vida es corta para guardar rencores«, dijo.

Y el plan funcionó, pues en 2009 2010 llevaron a Los Angeles otros dos trofeos Larry O’Brien, ahora teniendo como apoyo al español Pau Gasol; los títulos sirvieron como bálsamo, tras haber perdido las Finales de la NBA en 2004 y 2008.

Phil Jackson se marchó en 2011 y entonces todo fue a pique para la organización de los Lakers, pues aunque Kobe Bryant seguía rindiendo a nivel superlativo, no consiguieron rodearlo del talento que respondiera a la hora buena.

Por si fuera poco, en 2013 se rompió el tendón de Aquiles y tardó nueve meses en regresar a las duelas, y aunque seguía manteniendo su condición de figura, en Los Angeles dejaron de arribar estrellas y las selecciones colegiales en su mayoría fueron equivocadas, imposibilitándole pelear por otro campeonato antes de su marcha definitiva en abril de 2016.

Pese a ello, el genio todavía regaló una actuación monstruosa aquella noche del 13 de abril, anotando 60 puntos, llevando a los Lakers a una última victoria de 101-96 en un Staples Center (hoy Crypto Arena), que le ovacionó cada instante sobre la cancha.

Fue así que un hombre salió de la duela por última vez, pero emergió para siempre la leyenda, aquella que supo tener dos números retirados (8 y 24) en una organización tan dominante como los Lakers, conquistando para siempre el corazón de una ciudad.

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