Al Inter Miami le urge que Lionel Messi llegue. Pero eso todavía no pasará al menos hasta los últimos diez días de julio. Jorge Mas, presidente del club, ha dicho que el astro argentino podría hacer su presentación contra un equipo mexicano, Cruz Azul, en la Leagues Cup el próximo 21 de junio. Además, han anunciado el fichaje del histórico mediocentro español Sergio Busquets. Se han movilizado con inteligencia para fortalecer el equipo. Sin embargo, la actual temporada dista mucho del lugar que han soñado.
Y la última prueba fue la goleada del fin de semana a cargo de Philadelphia Union. Un 4-1 que preocupa y que vuelve más urgente la llegada de Messi. Aunque la disposición inicial mostró a un equipo enérgico, lo cierto es que evidenciaron debilidades defensivas, de nuevo, muy rápido. Jakob Glesnes adelantó a Philadelphia apenas a los 13 minutos. Su remate fue certero y preciso, pero contó con la colaboración de una defensa distraída, ajena al rigor que demandan las jugadas por elevación.
El segundo tanto cayó a los 39 minutos, obra de Jesús Carranza, y fue un compendio de todo lo que debe mejorar Inter Miami si quiere salir del fondo de la tabla de la Major League Soccer (MLS): Christopher McVey dejó botar el balón en el área después de un infructuoso intento por despejarlo de cabeza, y Mikael Uhre aprovechó el regalo. Retuvo el esférico y lo dejó servido para Carranza, que venció sin problema al guardameta Drake Callander.
Ese gol tuvo un efecto anímico de doble valor. Liquidó al Inter e impulsó a Philadelphia, que con la localía a su favor se creció y practicó un futbol vistoso, rápido, efectivo. Taconazo de Daniel Gázdag, pelota bien retenida por Alejandro Bedoya y un remate fulminante de Leon Flach para sellar el 3-0, consecuencia de una puntería inmejorable por parte del equipo dirigido por Jim Curtin. Pero también con una alta dosis de responsabilidad adjudicable a una defensa del Inter que demuestra su debilidad más que nunca: 28 goles recibidos en 18 partidos.
El segundo tiempo fue una continuación del dominio local, aunque hubo un fugar intento de reacción a cargo de Robert Taylor, que sorprendió al portero Joe Bendik con su disparo desde fuera del área. El tiro no llevaba mucha fuerza, pero el bloqueo visual impidió que Bendik leyera adecuadamente el trayecto del balón y colaborara para el descuento del Inter. Pero el marcador nunca estuvo en riesgo. Le falta punch ofensivo a un equipo voluntarioso cuando se lo propone, pero sin los recursos suficientes para hacer daño real al rival.
Philadelphia Union se encargó de sobrellevar el partido hasta que llegó el 4-1 definitivo. Fue provocado otra vez por Julián Carranza, pero con desvío de David Ruiz. Se registró oficialmente como gol en contra. La realidad luce deprimente para el club que ya anhela la llegada de Messi. Son el último lugar de la Conferencia Este, con apenas quince puntos en 18 partidos (cinco ganados y trece perdidos). En el registro general de ambas conferencias, únicamente superan a Colorado Rapids, que tiene catorce puntos en la Conferencia Oeste y empatan con 15 unidades al LA Galaxy.
Messi y Busquets le dará un salto de calidad indudable al equipo. Pero no serán todo lo que se necesita para mejorar. También deberá existir una idea clara de juego y una mejora defensiva. Desde que se anunció la llegada de Leo no ha habido una mejora en ningún aspecto. Es decir, no ha existido un envión anímico a raíz del estelar fichaje. Todavía habrá que esperar tres o cuatro semanas. Y entonces sí empezará el gran reto para Messi.
