Lewis Hamilton es la gran luminaria de la Fórmula Uno. Max Verstappen es la joven promesa que trata de destronar al séptuple campeón del mundo.
A fuerza de victorias, choques y peleas, los dos han dado forma al duelo más emocionante que tiene la F1 en al menos una década. Revitalizaron la competencia automovilística más grande del mundo tras años de resultados previsibles, incluidas 100 victorias de Hamilton desde 2007.
“Max maneja al límite. Y Lewis también”, declaró el bicampeón de la F1 Emerson Fittipaldi durante el Gran Premio de Estados Unidos. “Ha vuelto la emoción a la F1”.
Las velocidades que los separan se miden en centésimas de segundo. Pero las diferencias entre ambos no podrían ser más grandes.
Hamilton es de una familia de clase humilde, cuyo padre tenía varios trabajos para ganar dinero suficiente como para solventar la incipiente carrera de su hijo en karting. Hamilton, el único piloto de la F1 de raza negra, dijo que soportó abusos raciales en su juventud, mientras escalaba posiciones en las distintas categorías europeas.
A medida que sumaba triunfos y títulos, Hamilton, que tiene 24,5 millones de seguidores en Instagram y 6,6 millones en Twitter, empezó a aprovechar su popularidad para combatir el racismo. También promueve la sustentabilidad ambiental y el veganismo, y creó una fundación que busca generar oportunidades para pilotos y maestros de minorías. Además se asoció con el diseñador Tommy Hilfiger para lanzar una línea de prendas llamada Hamilton.
Probablemente en la recta final de su carrera, el británico de 36 años busca un octavo título que lo dejaría como el piloto que más veces se ha coronado campeón en la historia de la F1. Actualmente está empatado con Michael Schumacher, con siete campeonatos.
Su gran obstáculo en esa empresa es el Red Bull de Verstappen, el principal rival que le ha surgido a la escudería Mercedes en años.
El holandés, de 24 años, aventaja a Hamilton por 12 puntos en la antesala del Gran Premio de México del fin de semana, cuando faltan cinco carreras para terminar la temporada. Es hijo de un expiloto de la F1, Jos Verstappen, quien participó en 106 grandes premios sin ganar ninguno.
El padre ha estado muy involucrado en la carrera de su hijo y construyó muchos de los motores con los que compitió en karting. Tiene fama de haber sido un padre estricto y una vez lo echó de la camioneta de la familia, furioso porque había chocado en una carrera importante.
“Sabía lo que hay que tener para ser piloto de F1. Desde niño me preparó para lo que me esperaba”, dijo Verstappen.
Mientras que Hamilton usa su fama para promover causas sociales, Verstappen le escapa al candelero. Le encanta pasarse horas con videojuegos. El director de Red Bull, Christian Horner, dice que el neerlandés puede pasarse “hasta 14 horas” con una consola en sus manos cuando no está detrás de un volante.
El año pasado, Hamilton criticó duramente a la F1 por su “silencio” frente al racismo, en medio de las protestas por la muerte de George Floyd, y pidió a los pilotos que pusiesen una rodilla en el piso, junto con él, durante las ceremonias previas a las carreras. Verstappen dijo que apoyaba la libertad de expresión y se oponía al racismo, pero fue uno de seis pilotos que permanecieron de pie.
Sus encontronazos en la pista han sido más directos. Dos veces tuvieron roces que incidieron en el desenlace de una carrera. Primero hubo uno a alta velocidad en la primera vuelta del Gran Premio de Gran Bretaña, que hizo que Verstappen se estrellase contra un muro y terminase en un hospital. Hamilton ganó esa carrera y Red Bull no ocultó su furia cuando el británico dio la vuelta de la victoria mientras Verstappen estaba todavía en el hospital.
En el otro incidente, en Italia, el monoplaza de Verstappen salió volando y casi golpea la cabeza de Hamilton. Lo evitó una barra de metal que protege a los conductores. Verstappen salió de su auto y se alejó, sin preocuparse por el estado de Hamilton, quien resultó ileso.
Esa actitud molestó mucho a la gente de Mercedes, y el director del equipo Toto Wolff dijo que los dos podrían volver a chocar en la pista y que Hamilton podría ser el agresor. “Jamás le diría a nadie que chocase a otro. Pero si todo se decide en la última carrera y el que está adelante gana el campeonato, se van a dar con todo”, pronosticó.
Verstappen se hizo fama de “Mad Max”, un conductor osado que corre al límite de sus posibilidades y arrastra a los demás a que también lo hagan. El excampeón de la F1 Kimi Raikkonen dijo en una oportunidad que Verstappen podía causar “un accidente grande” algún día.
En el 2019, en la Ciudad de México, Hamilton dijo que Verstappen era un “imán” que generaba roces y que él trataría de evitarlo. Pero hay quienes dicen que el roce de Silverstone de julio, que hizo que Verstappen se estrellase contra un muro, lo provocó el británico.
Daniel Ricciardo, excompañero de Verstappen en Red Bull y quien tuvo algunas frustraciones en esa época, cree que el neerlandés es hoy un piloto más maduro.
“Tuvo una etapa en la que era rápido, pero cometía algunos errores”, declaró Ricciardo. “En el 2018, se hizo evidente que había madurado”.
No es la primera vez que Hamilton se ve enfrascado en duras batallas.
En el 2007, año de su debut en la F1, perdió el campeonato por un punto ante Raikkonen. Al año siguiente lo ganó, por la misma diferencia, tras rebasar a su rival en la lucha por el título, Felipe Massa, en la última vuelta de la última carrera del campeonato.
La batalla de Hamilton con su compañero en Mercedes Nico Rosberg en el 2014 se decidió también en la última carrera y la ganó el británico. Rosberg se coronó en el 2016, en un año marcado por fuertes tensiones en Mercedes, y se retiró tras alzarse con el campeonato.
Hamilton ganó los últimos cuatro títulos en forma mucho más dominante.
“Lewis tiene mucha más experiencia, pero no creo que eso sea una ventaja”, opinó Ricciardo. “Max es muy talentoso y está bien de la cabeza. Lo ha demostrado en la pista este año”.
El tetracampeón Sebastian Vettel dice que Verstappen ha exigido a Hamilton más de lo que él lo hizo en el 2018, cuando quedó segundo.
“Estamos viendo una batalla limpia hasta ahora”, expresó Vettel. “No éramos tan competitivos (en el 2018). A él le resultó fácil” coronarse.
La batalla entre Fittipaldi y Clay Regazzoni en 1974 se decidió en la última carrera, en el GP de Estados Unidos en Watkins Glen (Nueva York). Ambos estaban empatados al momento de la largada.
Fittipaldi ganó el título al terminar cuarto, adelante de Regazzoni.
“Dormí apenas tres horas” antes de la carrera, contó el brasileño. “La presión era enorme… Ojalá volvamos a tener algo así”.