BROOKLINE, Massachusetts, EE.UU. (AP) — Adam Hadwin no estaba oficialmente inscrito en el U.S. Open sino hasta hace ocho días. El jueves, abandonó The Country Club con la mejor tarjeta de su carrera en majors y con una ventaja de un golpe.
La atención concentrada durante los últimos días en la liga rival apoyada por Arabia Saudí y en quién se va o se queda en la Gira de la PGA, se mudó finalmente al campo de golf.
Hadwin abrió con un marcador de 66 golpes, cuatro debajo del par, durante una jornada con algo de brisa que no perjudicó en mayor medida el desarrollo de la ronda en Brookline.
La semana pasada, Hadwin jugó en su natal Canadá, donde sintió una presión especial por lograr un buen desempeño ante los aficionados locales, ausentes durante dos años por la pandemia. Poco antes supo que estaría en el US Open.
Así que, curiosamente, se dio el lujo de relajarse en un torneo conocido por exigir lo máximo de cada golfista.
“Fue bueno llegar acá, tener un par de días de descanso y prepararse para esta semana”, dijo. “No es que el campo sea fácil pero, sí, en cierto modo definitivamente me sentí más relajado que la semana anterior”.
Algunas reflexiones resurgieron acerca de la liga rival, por cuenta de Rory McIlroy. Y no fue por algo que haya dicho, sino por el golf que desplegó.
Fue otra declaración enfática. McIlroy no incurrió en bogey sino hasta su último hoyo.
Y su arranque de disgusto, aunque breve, reveló tanto deseo como frustración. El norirlandés firmó un 67 que lo dejó en un gran grupo de perseguidores.
También con 67 están cuatro golfistas que debieron disputar la fase clasificatoria de 36 hoyos. Se trata del inglés Callum Taren, el sueco David Lingmeth, el sudafricano MJ Daffue y el local Joel Dahmen.
En el otro extremo de la tabla estuvo Phil Mickelson, quien cumplió 52 años de edad y debió hacer cuatro putts para un doble bogey que le condenó a una tarjeta de 78 golpes.
Hadwin arrancó con tres birdies seguidos para concluir los primeros nueve hoyos en 31. Sólo perdió un tiro en los nueve siguientes para su 66.
Su marcador más bajo en un major había sido de 68 en tres ocasiones, más recientemente en la primera ronda del Campeonato de la PGA de 2020 en el Harding Park.
McIlroy se ha convertido en una de las voces principales de la PGA durante los últimos años, particularmente con sus muestras de rechazo de la serie financiada por Arabia Saudí que ha provocado un cisma en el golf.
El jueves, McIlroy pudo recordar a todos que es también bueno en el campo.
Logró dos birdies seguidos hacia el final de su recorrido para ser el primer golfista colocado en cuatro bajo par. Luego falló en su intento por llegar al green del 9 y cometió su único bogey.
Por el momento, McIlroy no está preocupado por su postura crítica hacia LIV Golf. Algo más acapara su atención.
“Han pasado ocho años desde la última vez que gané un major”, recordó. “Y sólo quiero poner mis manos otra vez en uno de esos trofeos”.
El latinoamericano mejor ubicado fue el chileno Mito Pereira, con 70 golpes, igualado en el par de campo.