Cruz Azul hace todo bien y hasta lo hacer ver fácil. Los celestes hilaron 19 juegos sin perder de los cuales 15 son triunfos. Una marca que crece cada semana. La última ocasión que la Máquina sufrió un averío fue a mediados de enero, desde ese entonces enlazan cuatro meses de felicidad. La Máquina sólo ocupó medio vapor, no necesitó más para superar por segunda ocasión al Toronto FC e instalarse en las semifinales de la Concachampions. Su boleto nunca estuvo en riesgo. Bryan Angulo marcó el 1-0 y luego se dedicaron a esperar. 4-1 global. Una noche cómoda, entrenamiento de lujo antes de enfocarse en la Liguilla del torneo local.
Toronto se atrevió, eso no se les reprocha, sin embargo, su gasolina no les duró mucho tiempo. Cruz Azul ganó el juego de ida, eso obligó a Toronto a irse al frente cómo fuera. Chris Armas fue consciente de la situación y les ordenó a todos ser agresivos, pero destacó la ausencia de Jozy Altidore.
Los estadounidenses atacaron, incluso Nick de León superó a Jesús Corona, pero arrancó en fuera de lugar.
Toronto puso a prueba a Chuy, pisó el área celeste, sin embargo, siempre con la complacencia cementera. Cruz Azul sobrellevó el juego.
Bryan Angulo fue el celeste más peligroso. El Cuco dio dos avisos con tiros en el área, el tercero fue el letal. Bryan observó a Alex Bono fuera de su portería, el Cuco le pegó al balón desde su posición y la parábola terminó en la red. El ecuatoriano marcó su cuarto gol en la presente Concachampions. Bryan es el relevo de lujo de Jonathan Rodríguez. El Cabecita permaneció en la banca.
El tanto celeste aplacó a los canadienses. Toronto se rindió demasiado pronto. El cansancio y el golpe anímico los derrumbó.
Cruz Azul supo que el boleto a semifinales estaba seguro y quiso administrar su energía. Para qué arriesgarse con la Liguilla a la vuelta de la esquina.
El descanso lo quiso aprovechar Chris Armas para intentar zarandear a su equipo y reanimarlos en busca de la proeza.
El estratega de Toronto metió a Auro Junior y al japonés Tsubasa Endoh, conocido como el Oliver Atom de la MLS. Si Endoh tuviera las habilidades del personaje de anime, Toronto hubiera hecho más, hasta lo impensable, sin embargo, la realidad fue otra. La altura de la capital les pesó a todos los canadienses.
Juan Reynoso supo que estaba todo controlado. El técnico peruano refrescó el campo con los ingresos del Shaggy Martínez y Pol Fernández.
El juego no cambió, dio la sensación de que ambos equipos suplicaron el final. En el campo no iba a pasar algo sorprendente.
Reynoso sacó al resto de su armamento para que estiraran los músculos. Jonathan Rodríguez, Elías Hernández y Julio Domínguez entraron a pelotear.
Toronto se quedó sin fuerza, ganas, hasta el corazón se fue. El equipo que eliminó a León una ronda atrás tiró la toalla muy fácil. La Máquina agradeció que su rival no quiso o no pudo seguir dándoles batalla.
Con todo resuelto fue cuestión de esperar a que el cronómetro se acabara. El vals celeste, con el balón de un lado a otro se mantuvo hasta el final. Cómodo, sin un esfuerzo mayúsculo Cruz Azul está entre los mejores cuatro de Concacaf. Rayados o Columbus Crew es su próxima rival.