Otra vez El Bebote, cumpliendo con su rol de romperredes, levantó la mano y encabezó la remontada de su equipo, justo cuando sus seguidores en la clasificación le respiran la nuca.
Y Santiago Giménez, el delantero mexicano que, a base de goles ha convencido a su director técnico, Arnold Martijn Slot, de ser el estelar en el eje de ataque, contribuyó con su alarido, y ahora mismo ya tiene un comodín de redes reventadas.
El visitante, como auténtico aguafiestas, enfundado en el disfraz de verdugo, muy pronto pudo acallar el ímpetu de la fanaticada que se dio cita en el Estadio Feijenoord, pues fue el que le puso número al electrónico.
Minuto 12, jugada ni mandada a hacer para terminar en las redes, y que comenzó precisamente el portero serbio Filip Stanković, pues éste despejó a un compañero, quien, luego de una exquisita recepción, lanzó a Daryl van Mieghem, que con tiro cruzado venció el lance del guardameta local, el alemán Timon Wellenreuther, para el 1-0.
El local buscó con todo el empate, pero al descanso el marcador era favorable para el forastero.
Con Los Hijos de los Dioses, en donde militan otro par de futbolistas aztecas: Edson Álvarez y Jorge Sánchez, pisándole los talones al líder, a éste no le quedó más que intentar la reacción bravía, y entonces se apareció el canterano celeste para liderar la vuelta de su escuadra.
Acción de muchos riñones del jugador impensable, pues fue uno de los centrales, Lutsharel Geertruida, quien luego de eludir rivales, mandó a la llegada de Giménez, y éste anido al fondo con remate como venía. 1-1 al 52’.
Con varios minutos por delante, parecía cuestión de tiempo, y entonces el anfitrión se encontró con la llamada suerte del campeón, pues ayudado del rival, hizo el de la diferencia.
Otra vez Santi, con esa habilidad y fiereza que le caracteriza, se internó por la banda izquierda y mandó un tiro-centro que finalmente mandó a propia puerta el defensor neerlandés Damon Mirani.