Tal vez, Fernando Ortiz no hubiera llegado a México. Santos Laguna por medio de su técnico Daniel Guzmán debatía entre él u otro defensa central de Estudiantes de La Plata, Agustín Alayes. Era el 2006 y ambos habían salido campeones del futbol argentino dirigidos técnicamente por Diego Cholo Simeone.
Daniel Guzmán sabía que necesitaba un salto de calidad. “Por eso fuimos a Argentina por él. El Cholo Simeone había hecho campeón a Estudiantes con una línea de cuatro defensas y me gustó mucho el oficio para la zaga que tenía Ortiz. Íbamos a jugar en Santos de la misma forma y quería a alguien que me ayudara a ser el líder del equipo, aunque ya tenía a Oswaldo Sánchez”, cuenta Guzmán.
Entonces se citaron para cenar. Fernando Ortiz arribó a la mesa con una expresión sombría, sin embargo, Daniel Guzmán le anticipó las ganas de viajar a México, más allá de que la primera encomienda del equipo fuera eludir el descenso.
Fernando Ortiz es muy callado, serio, en realidad observa mucho y dice poco, pero la verdad es que era el líder de Estudiantes de La Plata junto a Alayes y por supuesto la Bruja Juan Sebastián Verón”.
El cambio no era contrastante, “sucede que Ortiz era el mismo fuera y dentro de la cancha”, menciona Guzmán al hacer memoria, “callado, silencioso y único, él hablaba más en tono individual, a diferencia de Oswaldo Sánchez que gritaba todo el tiempo. Lo de Ortiz era enseñar con el ejemplo. Hay futbolistas que se transformaban cuando entraban a campo, él no”.
A LOS EMPUJONES
Hubo un pasaje que remarcó que Fernando Ortiz tenía sangre caliente en las venas. Le costó a Daniel Guzmán llevar al título al Santos un par de años y en el 2008, en la final ante Cruz Azul, en el entretiempo, Fernando Ortiz y Oswaldo Sánchez pusieron el termómetro al máximo.
Íbamos perdiendo 1-0 y el equipo no se encontraba. Cuando entro al vestidor me hallo con todo movido porque se habían aventado ellos dos. Alguien me preguntó, ¿qué hacemos?, le contesté, ‘déjalos, que suelten los nervios’. No se liaron a golpes, pero se aventaron y eso al final fue lo que detonó que mejoráramos para ganar ese partido de ida. Eran mis dos líderes”.
El espíritu de Daniel Guzmán se inunda de recuerdos de esa etapa, como la noticia de que Fernando Ortiz había sido negociado al América. No le fue bien con las Águilas y pronto retornó a Argentina. De ahí se perdió la pista del Tano hasta que dirigió en algunos equipos en Paraguay y de pronto cayó a la Sub 20 del América.
Me sorprendió cuando vino a la Sub 20 del América y más cuando le dieron el primer equipo. Pese a todo, el oficio lo tiene y prueba de ello es que lo primero que mejoró fue la defensa. Sirvió todo lo que hizo en la cancha ahora que lo puso en práctica como entrenador, pero además es un tipo serio, que todo el día habla de futbol”.
Hoy, Fernando Ortiz prepara su debut como entrenador en liguilla, con el libro Once anillos de Phill Jackson, mítico entrenador de los Chicago Bulls, bajo el brazo. Serio y adusto, “si le arrancas una sonrisa, es que ya le caíste bien”, afirma Guzmán.