Estudiantes jugó un gran partido en el Monumental. Con sus dos mediocampistas centrales amonestados en los primeros minutos, encontró el gol en los pies de Alexis Castro, dosificó las energías y se aprovechó del hombre de más que tuvo en el segundo tiempo por la expulsión de Enzo Pérez (roja directa por patada a Cristian Medina).
En el epílogo, un gol de Santiago Ascacíbar -capitán y máximo anotador del equipo con cuatro tantos- sentenció la historia. El Pincha rompió una racha de 14 años sin victorias en Núñez, alcanzó la punta de su zona, dejó a River sin invicto y privó a Franco Armani de su séptimo partido consecutivo sin recibir goles.
¿Y River? Poco. Gallardo se la jugó con un doble enganche -Pity Martínez y Franco Mastantuono-, pero lo más peligroso no fue el juego asociado, sino la pelota parada. Se repitió en centros (18 en la primera parte) y pudo haber empatado con un cabezazo de Paulo Díaz.
El VAR confirmó la decisión de Mariana de Almeida, jueza asistente que había anulado el tanto en primera instancia. Y River se quedó en cero. En el segundo tiempo ingresó Miguel Borja, como en San Juan. Pero esta vez no hubo ni gol ni llegadas claras. Ian Subiabre, un juvenil, intentó ser vertical con su gambeta. Tampoco funcionó.
River dio un paso atrás en el juego. No pudo sobreponerse al gol de Castro y, aunque corrió para que la inferioridad numérica por la expulsión de Pérez no se notara, le faltó precisión en los últimos metros.
El juego no le fluye. Los delanteros permanecen desconectados y los extremos no son solución. Los más profundos volvieron a ser, una vez más, los laterales. Esta vez, a River no le alcanzó. Y cayó ante su gente ante un gran equipo, que promete dar pelea hasta el final.