BARCELONA — Al Espanyol de César Montes no le sirvió el cambio de entrenador y en el estreno de Luis García en su banquillo enlazó su quinta derrota consecutiva, superado a domicilio (1-2) por el Athletic Club y confirmando sus peores presagios.
Hundido en puestos de descenso, el equipo periquito, que no conoce la victoria desde el 25 de febrero, compareció con ánimos renovados ante su afición, volcada con un técnico que dejó su sello en el club como futbolista durante seis temporadas y que varió los planteamientos de Diego Martínez, su antecesor, apostando claramente por un sistema más ofensivo y sometiendo al Athletic a un dominio claro durante los primeros minutos de partido.
Hasta que un error en el centro del campo permitió a Iñaki Williams anotar el 0-1 y abrir un nuevo escenario, convertido el Espanyol en un manojo de nervios y permitiendo al equipo vasco jugar con mucha más comodidad.
En tiempo de descuento se anuló, por decisión del VAR, el gol del empate a Martin Braithwaite por mano anterior de Joselu y todo el segundo tiempo fue una pesadilla para el conjunto local, que apenas si llevó peligro a la meta de Unai Simón, hundiéndose en cuanto Nico Williams, tras entrar en el campo, anotó el 0-2.
El postrero gol de Sergi Darder, al límite del final, no solucionó ya nada para un Espanyol sumido en la depresión y que futbolísticamente apenas mejoró su imagen respecto al pasado más inmediato, encarando a partir de ahora una recta final de campeonato especialmente delicada.