Por Sócrates Seamanduras
El próximo sábado, en Las Vegas, se llevará una esperada pelea que pondrá al ganador, a un paso de un logro histórico, de la gloria: Tener en su poder los cuatro campeonatos mundiales de peso Completo.
El campeón mundial del CMB, Tyson Fury (30-0-1, 21 ko’s) expondrá por primera vez su título, ante el ex campeón al que destronó, Deontay Wilder (42-1-1, 41 ko’s) en un choque que ha llamado poderosamente la atención.
Fury y Wilder se enfrentarán por tercera ocasión. En diciembre de 2018, empataron a pesar de que Fury visitó la lona en los rounds 9 y 12. Y en febrero del año pasado, Tyson noqueó a Deontay en 7 rounds, dominando prácticamente toda la pelea. Ninguno de los dos ha peleado desde entonces.
Esta pelea, de hecho, no estaba en los planes hace algunos meses.
La intención era que Fury, como campeón del CMB, enfrentara al campeón de los otros tres organismos (AMB, OMB y FIB) Anthony Joshua, en una pelea de lujo, histórica, de donde surgiría el primer campeón mundial de peso Completo de la historia, con los cuatro cinturones en su poder.
Sin embargo, Wilder ejerció su derecho de revancha directa, no quiso dinero por ceder esa opción ni aún con la promesa de que enfrentaría al ganador, y obligó a que su revancha ante Fury fuera posible.
Por lo mismo, Joshua optó por defender sus títulos ante el ucraniano Oleksandr Usyk, el pasado mes de septiembre en Inglaterra, y perdió por una clara decisión unánime.
De no estar en la misma situación Joshua, de ejercer su derecho de revancha directa, entonces el ganador entre Fury y Wilder, enfrentaría muy probablemente en el primer trimestre de 2022 a Usyk, estando en disputa los cuatro campeonatos mundiales de la máxima división.
Ahí reside la trascendencia de la pelea de este sábado entre Tyson Fury y Deontay Wilder. Independientemente del campeonato mundial del CMB que disputan, y del nombre de ambos, esa posibilidad de pelear por los otros tres títulos, es lo que a ambos les llama la atención. Y desde luego, la bolsa económica que eso significa.
Wilder es la única esperanza estadounidense en la ecuación. Fury es inglés, y Usyk, ucraniano. Sin embargo, el estadounidense es el que boxísticamente es menos atractivo, aunque a la vez, es el que más poder de puños tiene. Los 40 nocauts en sus 41 triunfos hablan por sí solos.
El único rival que le aguantó la decisión fue Bermane Stiverne, cuando se proclamó campeón del mundo en enero de 2015, y desde entonces, defendió su título 10 veces.
Por lo que ha trascendido de algunos analistas, y en redes sociales, Wilder ha realizado una de las mejores preparaciones de su carrera, mientras que Fury se ha distraído con asuntos tanto comerciales como sociales, de imagen y promoción personal.
Sin embargo, hasta que empiecen a intercambiar golpes, quien subirá al ring como favorito será el campeón del mundo, el invicto Tyson Fury. Incluso, para que gane por nocaut.
