NUEVA YORK (AP) — Daniil Medvedev puede brindar una perspectiva única sobre los espectadores del Abierto de Estados Unidos: durante su camino rumbo a la final hace dos años, se transformó de ser un “villano odiado” que se burlaba de los clientes que pagaban a ser “favorito de la afición” respaldado por el apoyo estridente de algunos de esas mismas personas.
Así, el ruso — segundo preclasificado y dos veces finalista en citas de Grand Slam — está tan ansioso como cualquiera por ver como serán las cosas el lunes por la noche cuando salte a la pista del estadio Arthur Ashe en el primer día del torneo.
La presencia de público con boletos fue vetada en 2020 a causa de la pandemia por coronavirus, pero para este año las tribunas estarán al 100% de su capacidad nuevamente.
“Será divertido ver cómo reaccionan los aficionados conmigo en mi primer partido de regreso en Nueva York, con ellos ahí. Simplemente espero que así sea, porque eso terminó en una buena nota, que continúe de la misma manera”, dijo Medvedev, quien enfrentará al francés a Richard Gasquet en el primer día de actividades. “Amo a los aficionados en Nueva York. Fue una experiencia increíble en 2019, en todos los aspectos. Me da curiosidad ver cómo será ahora”.
En ese tiempo, Medvedev fue abucheado en la primera semana por su comportamiento en la cancha — y se burló de sus detractores agradeciéndoles sarcásticamente, diciendo que sus expresiones eran la razón por las que había ganado. Para la segunda semana, las butacas estaban llenas con personas que lo apoyaban en la derrota en cinco sets frente a Rafael Nadal en la final.
Para esta edición del torneo, los mayores de 12 años deberán mostrar prueba de haber recibido al menos una dosis de vacuna contra COVID-19 para ingresar al Centro Nacional de Tenis — un cambio en el protocolo anunciado el viernes.
Los jugadores no necesitan estar vacunados; cerca de la mitad sí lo están, de acuerdo con las giras ATP y WTA.
El Abierto de Estados Unidos es el primer grande que permite el ingreso de aficionados a toda su capacidad por las dos semanas de su duración desde el Abierto de Australia en enero-febrero de 2020.
DJOKOVIC TIENE CITA CON LA HISTORIA
Una de las historias que sobresale del resto dentro de la cancha es la de Novak Djokvic, quien busca hacer historia en dos frentes.
El serbio se puede competir en el primer hombre desde Rod Laver en 1969 en ganar los cuatro campeonatos de Grand Slam en la misma temporada y puede romper el récord de 20 campeonatos en majors que comparte con Roger Federer y Rafael Nadal.
“Eso sería increíble de ser testigo”, dijo Casper Ruud, un noruego que aparece octavo en la preclasificación. “Hay otros 127 jugadores que trataremos de detenerlo, desde luego, pero él sigue siendo el favorito”.
Federer y Nadal no participarán más en la temporada debido a las lesiones, parte de una lista significativa de ausencias, que incluyen a Dominic Thiem, campeón de 2020, y las hermanas Serena y Venus Williams.
En la rama femenina, entre las contendientes está la dos veces campeona Naomi Osaka, quien regresa a la acción en un Slam después de una crisis de salud mental, y la número 1 Ash Barty. El domingo, Osaka publicó algunos pensamientos en redes sociales sobre la auto estima, diciendo, “internamente pienso que no soy lo suficientemente buena” y tratará “de celebrarme a mí misma y mis logros más. Pienso que todos deberíamos hacerlo” y que no debe “presionarse con las expectativas de los demás”.
Los principales rivales de Djokovic incluyen a un cuartero de jugadores veinteañeros que buscan su primer trofeo de un torneo importante; Medvedev, Stefanos Tsitsipas, Alexander Zverev y Matteo Berrettini.
“Hay un cambio de guardia definitivamente”, dijo el estadounidense Frances Tiafoe, mirando hacia el futuro con Federer, a sus 40 años, Nadal con 35 y Djokovic 34. “Es un asunto de ver quien toma el control”.