EL GAFETE | Holiday Bowl: ¿Momento de Renovarse?

EL GAFETE | Holiday Bowl: ¿Momento de Renovarse?

Manuel Zepeda (@MZepeda77)

Hace 20 años (30 de diciembre de 2004), el tradicional Holiday Bowl registró la mayor entrada en su historia: 66,222 personas con boleto pagado en el ya desaparecido Qualcomm Stadium de San Diego.

Esa vez, Aaron Rodgers y los California Golden Bears llegaban como favoritos para llevarse el tradicional encuentro de fútbol americano colegial, pero los Texas Tech Red Raiders dieron la sorpresa y ganaron por 45-31. Sonny Cumble y Vincent Meeks fueron nombrados Jugadores Más Valiosos del evento.

Parte de una etapa en la que el Holiday vivía un gran momento, pues llegó a ser considerado el quinto mejor tazón universitario de Estados Unidos. Solo detrás del Rose, Orange, Sugar y Fiesta Bowl.

Dos décadas después y tras un lustro de ausencia, el partido regresó a Mission Valley. Recordar que fue en 2019, cuando el Holiday se celebró por última vez en el Qualcomm, justo antes de ser demolido. Hubo una pandemia, dos exitosas ediciones en el Petco Park y era turno de jugarlo ahora en el novedoso Snapdragon Stadium de 35,000 butacas.

Penosamente, este Holiday Bowl entre Syracuse y Washington State no generó la expectativa que se esperaba. Con 23,920 aficionados, es la peor entrada en sus 46 años de existencia. Eso solo lo registraba el extinto Poinsettia Bowl. 

¿Qué fue lo que pasó? Se suponía que Syracuse convocaría a miles de sus seguidores desde su campus neoyorkino y alrededor del país. Y que Washington State es un contendiente tradicional en el oeste estadounidense, cargando también con sus fans. Y aunque sí se notó dicho ambiente en el desfile matutino y en el estacionamiento del estadio, no se reflejó en las gradas.

Los precios por boleto oscilaron desde 50 hasta 330 dólares, lo cual suena lógico para el alcance del consumidor. Algo real que sí pudo afectar fue la racha de vuelos cancelados en el Aeropuerto de Lindbergh Field por bancos de neblina. Porque han de saber que este no es solo problema del Aeropuerto de Tijuana.  

Otra realidad es el impacto que tiene la expansión del College Football Playoff a 12 contendientes al Campeonato Nacional, lo que minimiza el interés por los demás tazones colegiales. Está claro que San Diego no tendrá pronto un partido de este calibre, si permanece con un escenario literalmente pequeño a los estándares.

Y otra probable razón podría ser la ubicación. El Petco Park está en Downtown, al lado de Gaslamp Quarter, muy cerca de la estación del Trolley, a 30 minutos de la frontera de Tijuana y una innumerable cantidad de hoteles alrededor. Todo eso no lo tiene el Snapdragon, excepto el estacionamiento para hacer Tailgate antes y después del partido.

El comité organizador debe tomar nota de lo ocurrido el pasado 27 de diciembre de 2024. Si ya no es posible tener a equipos Top-10 como hasta 2005, habrá que integrar tal vez nuevos y fuertes patrocinadores que aporten nuevas ideas para vestir mejor el Holiday Bowl.

Ahora no basta un desfile por Harbor Drive, una carrera atlética y otros eventos ligados para generar atención. Parece que ya es el momento de algo diferente al «Tazón de la Festividad».

Esta consulta es muy importante que se realice, porque es un evento tradicional en San Diego y merece permanecer por muchos años más. Y si fuera necesario cambiarle de nombre por una famosa marca comercial, ¿por qué no? O al menos que se complemente, como hasta ahora.

Lo que sea para que el Holiday Bowl no deje de jugarse.

Por cierto, Syracuse derrotó a Washington State por 52-35. 

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