Uno de los personajes en el deporte que puede presumir de tener una relación amistosa con algunos de los capos del narco más influyentes en México es Julio César Chávez, uno de los cuales es Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera, a quien conoce desde pequeño.
Si bien tiene ya su residencia fija en la ciudad de Tijuana, la leyenda del boxeo mexicano conoce bien todo lo que pasa en la ciudad de Culiacán, los tejes y manejes de los narcotraficantes, por lo que lo relacionado con Ovidio, no le es ajeno.
Si bien no se anima a dar detalles de lo que sabe, eventualmente se anima a hablar de esas relaciones, algo que hizo hace un par de años, días después que Ovidio fuera detenido y posteriomente liberado para evitar un derramamiento de sangre en la ciudad de Sinaloa.
Desde entonces, dejó claro que la mejor decisión del gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, fue dejar en libertad al capo, convencido de que la población habría resultado afectada.
«Estuvo duro, delicado, pero creo que lo que hizo el Presidente se me hizo bien, lo más correcto«, comentó el César del Boxeo en entrevista con Adela Micha solo unos días después de lo sucedido.
Insistió que pudo darse una situación complicada, esto con el conocimiento que tiene de esas personas, quienes sabía se defenderían con todos sus recursos disponibles.
«Claro que sí, no quiero meterme porque no me conviene, pero yo sé cómo está la cosa allá y es algo muy delicado», añadió.
En la misma charla Chávez admitió que conoce «a todos» los narcos, algo que ha mencionado constantemente, aunque enfatizó en los hijos del Chapo, que hasta ahora se reconocen a Joaquín, Edgar, Ovidio y Griselda Guadalupe.