Después de media década de conflictos y escándalos en las más altas esferas del boxeo olímpico, se puede afirmar que los meses previos a la participación del deporte en Tokio fueron normales.
Normales comparado con el caos que suele acompañar a este deporte.
La vilipendiada Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) fue vetada para este ciclo olímpico, aprobándose la creación de una fuerza de tarea, que muy sigilosamente se ha encargado de la organización del torneo en Tokio. Las reglas siguen siendo casi las mismas de Río. También se ha hecho un esfuerzo por mejorar el arbitraje, el aspecto más criticado del deporte durante décadas.
Así que con un magnífico grupo de boxeadores que regresan a la cita y promisorio nuevo talento, las principales figuras se expresan con moderado optimismo con miras a Tokio.
“Ojalá que podamos ver a los mejores boxeadores recompensados por las mejores actuaciones”, dijo el entrenador en jefe del equipo de Estados Unidos, Billy Walsh.
El COI tomó la extraordinaria medida de suspender el reconocimiento de la AIBA en 2019 tras una sucesión de escándalos. Los cuestionamientos de los manejos financieros de la entidad eclipsaron los polémicos fallos de los jueces en los Juegos de Río 2016.
La competición de boxeo en Japón quedó a cargo de un grupo encabezado por Morinari Watanabe, un dirigente de la gimnasia y miembro de la junta directiva de los Juegos de Tokio.
El cambio de liderazgo probablemente no incida en el torneo cuando los boxeadores suban al tinglado.
Las reglas — peleas de tres asaltos, sin protección de cabeza para los hombres — son hartamente conocidas y la puntuación seguirá los criterios profesionales.
Pero si alguien se atreve a creer que la ausencia de la AIBA mejorará el punto de vista de los boxeadores sobre los jueces, mejor que se lo piense otra vez.
Los reclamos nunca han faltado en las grandes citas del boxeo aficionado, con un sinfín de boxeadores que acaban convencidos de que fueron víctima de un robo que rara vez deja un ganador indiscutido.
El cambio a la anotación de 10 recibió elogios en Río — salvo cuando el boxeador que no correspondía salió beneficiado — en particular cuando Evgeny Tishchenko se llevó la medalla de oro ante el kazajo Vassiliy Levit, quien regresa en Tokio.
La mayor novedad en Tokio es la adición de dos divisiones en mujeres, permitiendo la participación de 100 mujeres tras apenas 36 en Río.
Pero esa suma fue a costa de los hombres. Como el COI no aprobó el incremento de la cuota de atletas, las nuevas plazas de mujeres se crearon mediante la eliminación de dos divisiones de hombres.
GRANDES AMBICIONES
El proceso de clasificación a Tokio fue improvisado debido a la cancelación de varias competencias, pero tres equipos acuden con 11 boxeadores por cabeza: Uzbekistán, Gran Bretaña y los rusos.
Uzbekistán se han consolidado como potencia global tras liderar en Río con tres oros y siete medallas en total. Los rusos confían repuntar tras conseguir apenas cuatro preseas — incluyendo el cuestionado oro de Tishchenko.
Los británicos, con una fértil cultura boxística, presentan otroa equipo que promete, incluyendo a los mellizos Pat y Luke McCormick, el dos veces medallista olímpico Galal Yafai y Lauren Price (campeona mundial welter en 2019).
¿Y CUBA?
La otrora potencia cifras sus esperanzas en Lázaro Álvarez, quien otra vez intentará atrapar su primer oro olímpico. El ligero se ha tenido con preseas de bronces en sus previas participaciones en los Juegos.
El equipo cuenta con siete peleadores, con Yosbany Veitía (52 kg), Andy Cruz (63 kg), Roniel Iglesias (69 kg), Arlen López (81 kg) y Leinier Peró (más de 91 kg) completando el grupo. Iglesas regresa en procura de una cuerta presea olímpica y segunda de oro.
Cuba alcanzó tres oros e igual número de bronces en Río.
BOXEADORA Y PARLAMENTARIA
Mary Kom, la pionera boxeadora de India y medallista de bronce en 2012 cuya historia inspiró películas y libros, se clasificó a su tercera cita olímpica. De 38 años, madre de cuatro hijos y miembro del Parlamento, Kom no asoma con muchas opciones en la división mosca, pero ha superado mayores adversidades.
PROFESIONALES
La AIBA permitió la participación de profesionales en Río, pero apenas tres lo hicieron, y a todos les fue mal. Un proceso de clasificación complicado por la pandemia y el desinterés general de los profesionales de renombre implican que no se verán figuras de fuste en Tokio. Hay un puñado presente pero la mayoría, como el mediano Eumir Marcial o el uzbeco Shakhoibidin Zoirov (oro en Río), se alternaron en ambos mundos del boxeo por la pandemia.
EN EL TEMPLO DEL SUMO
El torneo olímpico se disputará en la Arena Kokugikan, con aforo para 7.300 espectadores. Es la sede tradicional de los combates más importante de sumo durante los últimos 100 años en Japón.