No hubo final feliz para Luis Suárez en su último Mundial con Uruguay. Pese a que se reconcilió con el gol para derrotar 2-0 a Ghana, la Celeste quedó eliminada en la Fase de Grupos. La victoria Corea del Sur por 2-1 sobre Portugal en el otro duelo del Grupo F hundió a Uruguay. Hwang Hee-chan marcó en los descuentos para darle el boleto a los surcoreanos.
El gol de Hwang, anunciado en el videomarcador del Estadio Al Janoub, llevó la tristeza al banquillo y a los cientos de hinchas uruguayos que teñían las gradas de celeste. El máximo exponente del desconsuelo fue Suárez. Tapándose con una camiseta uruguaya, el delantero lloró desconsolado tras el pitido final.
“Es tristeza y decepción lo que sentimos”, dijo el delantero, que antes al torneo había indicado que la cita de Qatar iba a ser su última Copa del Mundo.
“Tuve la suerte de jugar mi cuarto Mundial (seguido), y yo pensaba en mi hijo de cuatro años, que se va con la imagen de tristeza”, añadió. “Es difícil, pero toca afrontar la situación y animar a los compañeros que siguen”.
Con 35 años, el Pistolero ya no es el mismo depredador del área que brilló con Liverpool, Barcelona y Atlético de Madrid. Pero en el tercer partido en Qatar salió como titular y fue decisivo al participar en los dos goles.
Giorgian de Arrascaeta, uno de los jugadores que había sido descartado por Diego Alonso al comienzo del torneo, prendió la ilusión de los uruguayos con dos goles con apenas seis minutos de diferencia en la primera mitad.
Enterada del gol de Hwang, Uruguay asedió sin éxito la portería de Lawrence Ati Zigi consciente de que un tanto les daría el boleto a la siguiente fase por diferencia de goles a favor. Sebastián Coates tuvo la última ocasión al rematar fuera del área un pase de Edinson Cavani desde la derecha en los últimos minutos de la prolongación.
A Uruguay solo le valía la victoria tras arrancar con un empate 0-0 ante Corea del Sur y caer 2-0 con Portugal. Pero se despide de Qatar como tercera en su grupo.
“Te da bronca llegar a este límite y responder como lo hicimos hoy”, comentó Suárez. “Somos autocríticos de que lo del primer partido no estuvo a la altura, pero hoy es un día para hacer reflexión de que dimos lo máximo”.
Los hombres de Diego Alonso abrieron el marcador a los 26 minutos tras una de sus múltiples recuperaciones de balón en el primer tiempo. Suárez, pitado incansablemente por la afición africana desde el inicio, recibió el balón tras un fallo en el despeje de dos defensores en el área y sacó un tiro que, tras el rechace de Zigi, Arrascaeta remató a placer.
Seis minutos después, el delantero del Flamengo remató un centro con un derechazo que desató la locura entre los numerosos hinchas uruguayos. El doblete de Arrascaeta acabó con la sequía goleadora que perseguía a los sudamericanos desde los Octavos de Final de Rusia, cuando Cavani firmó un doblete en la victoria ante Portugal.
“Jugamos como teníamos que jugar. Nos soltamos y fuimos el equipo de eliminatorias que queríamos ser”, dijo el técnico uruguayo.
Por similitudes con el polémico choque de Octavos en Sudáfrica, en el que Suárez desvió un balón con la mano en el área uruguaya en los últimos instantes de la prórroga, el choque del viernes tuvo hasta un penal fallado del lado ghanés.
El capitán de las Estrellas Negras, André Ayew, el único que superviviente del torneo en su selección, se apostó en los 11 metros dispuesto a vengar a su país. Pero Sergio Rochet, que había propiciado la pena máxima al derribar a Kudus en el área en una jugada que tuvo que validada por el videoarbitraje, atajó el lanzamiento del delantero del Al-Sadd qatarí por la derecha.
En su cuarta participación mundialista, Ghana quedó fuera como última del grupo al sumar tres puntos. Portugal alcanzó la primera posición.
Suárez, Cavani, los defensores Diego Godín y Martín Cáceres y el arquero Fernando Muslera forman la vieja guardia celeste que fue protagonista de aquel partido y que ahora se dispone a dejar hueco a la nueva generación.
Más de una hora después del pitazo final y con los ánimos más calmados, los uruguayos desfilaron por la zona de prensa de camino a su autobús abatidos, muchos de ellos todavía visiblemente emocionados. El último en salir fue Godín, quien se despidió del torneo con lágrimas en los ojos.