TROON, Escocia (AP) — El viento tomó desprevenidos prácticamente a todos el jueves en el Abierto Británico. Llegó desde la dirección opuesta al Mar Irlandés, acompañado por lluvias ocasionales, y causó que el campo Royal Troon representara un desafío mayor al esperado.
Pero resultó que ésa no fue la mayor sorpresa de la jornada.
Daniel Brown se cercioró de que su debut en un major fuera memorable. Logró birdies en dos de los últimos tres hoyos para acreditarse una tarjeta de 65 golpes, seis debajo del par, con lo cual tomó uno de ventaja sobre Shane Lowry, cuando quedaban apenas suficientes espectadores contemplando el ocaso escocés y celebrando su jornada asombrosa.
Había oscurecido demasiado para tomar una foto de su nombre en la parte más alta de la tabla de marcadores. Pero eso no le interesó al inglés de 29 años.
“Voy a tratar de mantener los pies en la tierra y de volver mañana al trabajo”, comentó.
Brown, quien ha ganado un torneo en la gira europea, llegó al Royal Troon sin haber pasado el corte en siete certámenes consecutivos desde marzo hasta que tuvo un par de buenas actuaciones.
Una llegó en la última clasificación, que le dio un boleto para su primer major. La otra fue en el Abierto de Escocia, donde pasó el corte y finalizó en el 61er sitio.
El otro protagonista del día fue el viento, intenso pero diferente. En vez de que los golfistas trataran de obtener un buen marcador en los primeros nueve hoyos con el viento a favor y buscaran conservarlo en el camino de vuelta, el recorrido fue duro de principio a fin.
Rory McIlroy resultó claramente afectado. Firmó una tarjeta de 78 golpes, con un par de dobles bogeys. Lo mismo le ocurrió a Bryson DeChambeau, campeón del Abierto de Estados Unidos, quien entregó un marcador de 76.
Para Tiger Woods todos los majors son complicados ya. Quedó con un 78, su peor inicio en un major desde que registró un 80 en el US open de 2015 en Chambers Bay.
