(EFE) — El Sevilla ganó con claridad (2-0) a Osasuna, que en el Sánchez-Pizjuán no fue tan temible como visitante como venía siéndolo, y se aferra a las alturas de la tabla al asentarse en la tercera plaza y frenar al equipo navarro, que, sin verticalidad ni poderío ofensivo, perdió su condición de invicto a domicilio.
Un gol del brasileño Diego Carlos Santos, con un cabezazo impecable al saque de un córner a los 40 minutos, y otro del argentino Lucas Ocampos, tras un fallo defensivo a la hora de partido, sellaron un claro triunfo de los sevillistas, dominadores y que no pasaron en ningún momento apuros para amarrar un valioso triunfo.
En un duelo de conjuntos en racha, dos victorias ligueras y un empate el Sevilla, y tres y dos Osasuna, se medían en Nervión dos equipos con caminos cruzados: el segundo mejor local tras el Rayo, con 4 triunfos seguidos; ante el segundo mejor a domicilio tras el Real Madrid, avalado por 4 victorias y un empate lejos de El Sadar.
El técnico sevillista, Julen Lopetegui, presentó cinco cambios en el once respecto al 1-1 en Mallorca, con los argentinos Gonzalo Montiel, Lamela y Ocampos, el croata Rakitic y el danés Delaney, por Navas, Suso, Munir, Óliver Torres y el brasileño Fernando. El de Osasuna, Jagoba Arrasate, lo revolucionó con ocho novedades, con el meta canterano Juan Pérez por el lesionado Sergio Herrera.
En el conjunto navarro sólo repitieron como titulares los centrales Unai García y David García y el punta argentino Chimy Ávila, y volvió al lateral zurdo José Ángel Valdés ‘Cote’, tras cumplir sanción en el 0-0 de su equipo en el Bernabéu. Y Osasuna empezó bien en el feudo hispalense, presionando muy arriba para forzar errores en su rival.
Aún así, fue el Sevilla el que llevó claramente la iniciativa ante la intensidad y la presión adelantada de los rojillos, a los que les faltó profundidad para crear más problemas a los andaluces.
El equipo de Lopetegui, tras avisar con un tiro fuera de Lamela, muy escorado, a los 9 minutos, intensificó su dominio a partir del cuarto de hora, pero no acabó de llegar con claridad a la portería del joven Juan Pérez, mientras que Oier Sanjurjo también lo intentó ante la meta local al cabecear ligeramente desviado un córner.
Pese a que los pamploneses, bien plantados y valientes, ganaron casi todos los rechaces, no tuvieron mucha presencia ofensiva, con Chimy Ávila muy solo, ante un Sevilla que no brilló, pero controló y acaparó las opciones de gol como en un cabezazo desviado de Rafa Mir y, en el 36, un cabezazo de Jordán al palo a centro de Rakitic.
El premio a su insistencia llegó a cinco minutos del descanso, cuando un saque de esquina botado a la perfección por el croata Ivan Rakitic lo cabeceó a gol el central brasileño Diego Carlos Santos, con un remate impecable y lleno de ímpetu y fuerza ante el que nada pudo hacer Juan Pérez.
En la reanudación, el 1-0 dio más tranquilidad a los locales frente a un Osasuna que lo intentó, pero sin peligro, incapaz de reaccionar. El Sevilla, por su lado, mantuvo su dominio, ya sin prisas ni precipitación alguna, y controló bien mandando en el medio campo y con puntuales ataques en busca de ampliar su renta.
Recogió su fruto al filo de la primera hora, cuando Ocampos se estrenó esta temporada como goleador al hacer el 2-0, a puerta vacía, tras un grave fallo de coordinación entre el lateral Jesús Areso y el meta Juan Pérez en un balón en largo, pues ninguno de los dos despejó y se lo dejaron al argentino para que marcara desde fuera del área.
A partir de ahí, el Sevilla no perdió nunca el control, ni con el carrusel de cambios introducido por Lopetegui, al entrar primero Jesús Navas por Montiel, con problemas físicos, y luego Gudelj, Fernando y En-Nesyri, tras superar su lesión, por Jordán, Delaney y Rafa Mir. También movió ficha Arrasate, pero sin ningún éxito.
Los visitantes, ya con Moncayola y los delanteros Kike García y el croata Ante Budimir, que reapareció tras su lesión, en el campo, quisieron estirarse, aunque sin mucha convicción. Luego entraron Ontiveros y Rober Ibáñez, igualmente en busca de más verticalidad, pero fue en vano.
Los sevillistas durmieron el partido de forma inteligente, se afanaron porque no merodeara el peligro por su área, lo que consiguieron, e incluso Ocampos pudo marcar el tercero, pero en un mano a mano estrelló el balón en la cara de Juan Pérez a 7 del final, mientras que Ontiveros tiró alto en la recta final y no varió el 2-0 definitivo.