Julio César Chávez Jr. dio otra muestra de que su carrera como boxeador va en picada en el enfrentamiento que sostuvo ante Anderson Silva, expeleador de artes marciales mixtas, el cual perdió por decisión dividida (77-75 Chávez, 77-75 Silva, 77-75 Silva).
El hijo de la leyenda no pudo golpear al escurridizo brasileño e incluso pasó múltiples momentos complicados en los que lució arrinconado. La mayor experiencia sobre los cuadriláteros de nada le sirvió y acabó por gestar un papelón en el Estadio Jalisco.
Chávez, quien desde el pesaje se mostró por arriba de lo acordado, enseñó que no estaba bien preparado para el encuentro al no encontrar nunca la forma de golpear a su rival. Controló los primeros episodios, pero conforme avanzó el encuentro se esfumó y cuando intentó recomponer ya no pudo.
«Me quedé corto en no tirar golpes, lo dejé hacer su pelea. Pienso que no ganó, a lo mucho era un empate. Estuve bien de condición, me arrimó a las cuerdas, se movió bastante y en ningún momento sentí que me dominara», señaló Chávez al final de la pelea.
Silva, quien sumó su segundo triunfo como boxeador, se puede retirar tranquilo y pensar en algunos dólares más como pugilista, ya que demostró una buena forma física y que no es un un flan para quien se anime a enfrentarlo.